jueves, 22 de septiembre de 2011

Cultura y sabiduría


En una ocasión (Estudio en Escarlata, creo), el Dr. Watson explicó a Sherlock Holmes la teoría de Copérnico. Nuestro planeta y algunos más, dijo, giran alrededor del Sol. Holmes se enfadó muchísimo, no porque no compartiese ese conocimiento, sino porque para él carecía de cualquier utilidad. Reprendió al pobre Watson severamente y le reprochó haber metido en su cerebro ese dato inútil. Ahora debería hacer un gran esfuerzo para olvidarlo, dijo, pues ocupaba un espacio imprescindible para almacenar conocimientos necesarios.

Pasamos la vida memorizando información que no sirve para nada, como raíces cuadradas o cosas igualmente absurdas. Yo, por ejemplo, aprendí un día que Belén Esteban tiene una hija llamada Andrea que se niega a comer pollo. ¿Por qué no consigo olvidarlo? Lo desconozco, pero son datos que nos persiguen y somos incapaces de deshacernos de ellos.

Conozco a gente de mi generación que todavía sabe recitar de memoria la lista de los reyes godos. Se ponen muy serios y recitan la lista de los reyes godos. Luego, tras la demostración, sonríen orgullosos mientras reciben los parabienes de la concurrencia. Alguno incluso dice: "qué culto eres". Venga ya. Eso no es cultura. Eso es una chorrada.

La confusión entre cultura y sabiduría viene lastrando a la humanidad desde hace unos cuantos siglos. Antes, uno sólo sabía lo que necesitaba saber para sobrevivir: cómo se abre el cráneo de un adversario o en qué mes se siembran las patatas, conocimientos mucho más útiles que la lista de los reyes godos o la tabla periódica esa de los elementos. Que un químico conozca la tabla y la época de la siembra de las patatas tiene sentido, pues la primera información le puede servir de algo y la segunda también, dado el caso. Pero que un agricultor se aprenda la dichosa tabla es una pérdida de tiempo.

Lo que hacemos es formar ignorantes que saben muchas tonterías, como la lista de los reyes godos. Lo malo es que les hacemos creer que si se la aprenden serán más cultos o más inteligentes, cuando la única verdad es que solamente serán borregos que saben una lista de memoria.

7 comentarios:

  1. Tengo en casa un electrodoméstico en el que veo a muchísima gente haciendo gala de su ignorancia. Incluso está la mamá de Andreita, la del pollo. A estos sí los ponía a aprenderse la lista de los reyes godos...

    ResponderEliminar
  2. Bueno, bueno... son conocimientos interesantes para concursar en programas-concursos "demuestre usted que no es tan idiota como piensan sus vecinos"

    Los reyes godos es genial para cuando el listo del grupo está tomado y la concurrencia más tomada le pide que los recite pero al revés. El saber no ocupa mesa.

    Me voy a leer el segundo capitulo de Heliópolis.

    ResponderEliminar
  3. Pero no te creas Glub, esas cosas sirven para regenerar las células gliales. Son excelentes ejercicios contra el Alzheimer. No es por el dato en sí, es el hecho de ser capaz de recordarlo.
    De todas maneras ¿no viste la película "Señales"? Vete tú a saber pa qué te servirá la frasecita en un determinado momento.
    (¡Qué cosas tienes Glub, es que tienes unas cosas!)

    ResponderEliminar
  4. Ah, perdón: matrícula de honor a la selección del videoclip.

    ResponderEliminar
  5. Completamente de acuerdo, y lo malo es que estamos rodeados por ellos, por los idiotas no por los godos.

    ResponderEliminar
  6. Amen, amen y amen, suscribo hasta las comas de la entrada.
    Y encima nos traes a Les Luthiers, absolutamente entregada.

    No comentè nada de la entrada anterior pero lo leerè, tiene muy buena pinta.

    ResponderEliminar
  7. Siempre quise saber quienes eran los Reyes Gordos, como sus nombres eran, para mi nivel cultural, muy esdrújulos, nunca me los pude aprender.
    Llevo años en el intento y aun no sabiendome sus nombres, ya los puedo leer todos seguidos de un tirón.
    Y ahora.....resulta que no sirve para nada.
    Ti tamén, acabas con calquera.
    Un día ya os contare para que me ha servido lo de Hidrogeno, Litio, Sodio, Potasio, Rubidio, Cesio, Francio.............

    ResponderEliminar