sábado, 8 de octubre de 2011
Vanidades
Casi todos los escritores a los que conozco, que ya son algunos, son vanidosos. Por supuesto me incluyo. Uno empieza publicando un libro, le hacen tres entrevistas, luego lee alguna buena crítica y el ego se dispara. Con el segundo o el tercer libro, la cosa se vuelve imparable. Ese suele ser el proceso lógico, aunque a veces se invierte. En una ocasión, por ejemplo, me presentaron a dos personas por la calle. Una decía haber escrito una novela que todavía no ha publicado y la otra aseguraba ser su representante. Ni la segunda había representado a nadie en su vida, ni la primera había publicado una letra jamás, pero ambas se comportaban como si acabaran de regresar de Estocolmo de recoger el Nobel. Un ejemplo de cómo en casos excepcionales la vanidad llega antes que la obra. Eso suele acabar mal, pues no es buena idea tratar de invertir los transcursos vitales. Uno no debe empezar a sobrevalorarse hasta que tiene al menos dos docenas de lectores que lo alaban.
Pero volviendo al asunto, me llegó hace un par de días la invitación para presentar mi próximo libro, escrito en colaboración con Fernando Alonso Conchouso. La leí, se me exacerbó el nervio vanidoso y en tres segundos mandé un correo al remitente: "Tampoco pasaba nada si hubierais citado a los autores". Luego, ayer, me encontré con Leoncio Feijóo, quien me hizo ver que a fin de cuentas, siendo como soy un escritor que principalmente se dedica a escribir libros que firman otros, ya debería estar acostumbrado a que no me citen. Eso es verdad, pero también lo es que las pocas veces que escribo libros que firmo yo, tengo derecho a pasarme la humildad por ahí. Me lo he ganado.
Igualmente es verdad que con el tiempo, el ego -aunque siempre en aumento-, va adquiriendo cierto reposo. Cuando yo publicaba con 22 años una columna diaria me levantaba de madrugada para llegar al kiosko más cercano antes que los repartidores de prensa y ser el primero en leer mi texto, como si no lo hubiese escrito yo y no supiera de qué se trataba. Luego empezaron a poner mi foto encabezando la columna, y entonces me paseaba por Pontevedra mirando a todo el mundo a la cara por si alguien me reconocía y quería darme un abrazo.
Con el tiempo, uno esconde las vanidades y sólo las saca cuando hace falta, y si alguien te para por la calle para decirte que eres la hostia, le das las gracias y le dices que te alegras de que le guste tu trabajo. Y te limitas a no negar que tiene razón.
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Este fin de semana nos ha dejado colgados Femia Castradora. Así que la sustituyo yo, para decepción mía y de sus seguidores.
ResponderEliminarSi puedo, me gustaría estar en la presentación de su libro escrito y que firman otros. En serio seguro es estupendo, el tándem Cota y Fernando Alonso no tiene fallo, lástima que no pueda hacerme con un ejemplar. Me conformaré con verlo a través de una vitrina en el museo. Le deseo mucho éxito para que siga merecidamente engordar su vanidad.
ResponderEliminarY se echa de menos, sí, a nuestra Femia.
Teresa, me encantaría verte por ahí, así que te esperamos. Es más, si no vienes suspendemos el acto. Lo juro. Dependemos de ti.
ResponderEliminarFEEEMIIAAAAA!!!!!!!!!
ResponderEliminarNo se preocupe Sr. Cota, si tienen helipuerto, no hay que suspender nada. Me reconocerá por la nube de flashes y dos perros afganos a mi diestra y siniestra, gafas oscuras y sonrisa de dientes, dientes. Al final de su ponencia confesaré qué C. Colón es gallego y la causa de su emigración, soy yo.
ResponderEliminarTeatral efecto, lo veo en películas. Y estoy ensayando mucho.
De verdad le deseo mucha suerte.
Muchas gracias, pero prefiero su presencia y que nos tuteemos.
ResponderEliminarIntentaré ir, mucha suerte.
ResponderEliminarA mí también me falta Femia este fin de semana.
Llevo casi un día intentando colgar un comentario. Envío éste ya por lo que pueda ocurrir y para que quede constancia antes de que se me apague el cacharro éste.
ResponderEliminarLo que intentaba decir, es que : Ojalá pudiera estar allí; y que no estaré, a no ser que, comprobado el euromillón del viernes, que todavía no he comprobado, me haya tocado. Desgraciadamente, Pontevedra me cae muy lejos y ahora ni siquiera tengo coche. Pero deseo que la presentación sea un éxito y cuéganos alguna fotito del joyazo ése.
ResponderEliminarPor otra parte, opino que desde la humildad más arrebatadora hasta la vanidad más evidente, hay un trecho por el cual uno debe dedicarse a pasear, meando cada arbolito que se encuentre a su paso; no sé si me explico; creo que lo llaman "mear terreno".
La selección musical sobresaliente (lo vas pillando Glub). "Golpes Bajos" me traslada a esas tardes quinceañeras de pub, billar y licor de avellana con hielo.
También le iría bien la de "Malos tiempos para la lírica" y la de "No mires a los ojos de la gente".
Pero yo te dejo ésta que, opino de nuevo, cualquier escritor tiene la obligación moral (¿qué es eso?) de cantar a sus entregados lectores:
http://youtu.be/IexQjTx4oRc
Abrazo.
(Al final me tocará comprarme un ordenador nuevo sólo para poder comentarte, Glub)
PD: NO SIN FEMIA.
(No me jodas (perdón) que el siguiente no se ha quedado grabado?)
ResponderEliminarUnha fin da semana sen Femia é coma unha verbena sen licor café. Non vale.
ResponderEliminarGata, ese euromillón te lo mereces. Si te toca, sácame de pobre. Gracias por tus buenos deseos.
ResponderEliminarNon sen Minha Femia, eso mismo digo yo.
Ana N, tanto tiempo.
Bicos a tod@s y a tod@s.
Gata, el mismo tema en versión Rey Gordinflón. Una delicia según la juventud de Colombia.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=D2e2M7bxu2s&feature=related
Gracias Glub, se me han saltado las lágrimas. Literalmente.
ResponderEliminarTe la devuelvo: http://youtu.be/5mr8Ee44I0I
Ah, ¡y ponen el teléfono de contratación! Como contraten a estos y no me contraten e mí...
Trío nocturnal...DE GATOS.
Eres una romántica. Luis Miguel, Nino Bravo, Trío Nocturnal...
ResponderEliminarEnhorabuena Glub. Que pena no poder ir, de verdad. Te deseo mucha suerte.
ResponderEliminarBuenísimo!
ResponderEliminarMil gracias, Phryne. A ver cuándo podemos verte por aquí.
ResponderEliminarM. Tú sí que vales.
ResponderEliminarPero que grande eres, Rodrigo y que pluma tienes, jodio.Mas Cotas como tu hacen falta en el mundo :)
ResponderEliminarPor cierto, pienso hacerme con un ejemplar de este "Colón Galego". Faltaría más.
Gracias, Manel, te lo dedicaré con letra primorosa. Un placer verte por aquí, además.
ResponderEliminarEstaremos os 4 lá presentes, nem que seja "de coração". Vocês merecem, e a Galiza também.
ResponderEliminarGrande abraço de Portugal,
António, Helena, Mariana e Madalena
Te felicito,me acercare al evento un abrazo
ResponderEliminarEstos eventos deberían hacerse en fin de semana,los que estamos mas lejos de lo lícitamente permitido, no nos permite la distancia y el tiempo acercarnos como es nuestro deseo, en fin haremos un seguimiento remoto desde la capital del estado, antes imperio, de los acontecimientos de esta fecha señalada con todo el rigor en la historia.
ResponderEliminarMis mas cordiales felicitaciones por la publicación.
Por cierto, lo de la vanidad es algo que se mitiga con el paso del tiempo, y por las tortas que también nos dan, tu mismo lo has descrito, se vuelve algo mas pausado.
Un saludo
Paco
António, Helena, Mariana e Madalena. Muchísimas gracias a toda la familia. Sabéis que aquí os adoramos y tenemos mil motivos para ello.
ResponderEliminarPor otra parte, ya que la mejor parte del libro es el capítulo dedicado a António Pedro de Sottomayor, la representación de nuestros hermanos portugueses quedará debidamente acreditada.
Grande abraço con toda mi admiración.
Manuel Doval, allí nos veremos entonces. Si puedes, pásate a las 11 por el monasterio, que se presentará la asociación.
ResponderEliminarPaco, te echaremos de menos. La hicimos el día 12 pensando que los madrileños teníais un megapuente de toda la semana. Otra vez será.
ResponderEliminarMucha suerte, Glub, espero que lo disfrutes, intentaré acercarme si me dejan.
ResponderEliminarPrimeiro as esplicasións: O mércores pasado morreu o meu ordenador e non puiden mandar nada. Tinha a osión de ir á casa da Felisa, pero é das que miran por riba da chepa e así non se pode esplaiar unha.
ResponderEliminarQué emosión que me botárades de menos. Tenho que dar as ghrasias a todos.
Ghlub: noraboa polo teu novo libro. Estou pensando que se podo o melhor vou á presentasión, pero non creo que che digha quen son. Vou de incónito.
Bicos.
¡Noraboa!. Os meus mellores desexos para a andaina deste libro.
ResponderEliminarGraciñas, Manuel. Eras o que faltabas.
ResponderEliminarvenablo
ResponderEliminarLos señores del Bloque Nacionalista del Ayuntamiento de Poio (a los que les regalé más de cien libros para la futura Biblioteca de la Casa-Museo de Colón, así como cincuenta DVD destinados a los colegios infantiles de aquél Municipio) han acogido en su seno a varios “desertores” de la primitiva “Asociación”, de la que fui Presidente, y a otros oportunistas de dudosa filiación, cuya labor principal consiste –al parecer- en desacreditarme y eclipsar mis esfuerzos en favor de la defensa de un Colón gallego cuya verdadera identidad descubrí hace ya muchos años.
ResponderEliminarBufff qué mal rollo...Esos libros están gafados.
"Bufff qué mal rollo...Esos libros están gafados."
ResponderEliminarEstoy de acuerdo. Normal. ¿A quién se le ocurre regalar más de cien libros iguales a la misma biblioteca? Y los DVD, también gafados.
Pero bueno,mujer, ¿en qué habíamos quedado?.
ResponderEliminarDebes vivir tu vida y dejar que tu marido escriba sus propios pensamientos. Vas a acabar mal, eres la voz de su amo. De acuerdo que él tiene ciertos problemas con las nuevas tecnologías, pero para eso están lo cursillos que dan en el Concello de Vigo para la tercera edad, como tú bien sabes, que ya sabes mandar mails, hacer comentarios en chats y en blogs...
Pero de verdad, deja ya esa manía que tienes de la doble personalidad. Y si sigues haciéndolo, por lo menos no pongas cosas como: "Bufff, qué mal rollo..." Suena como "¡Qué cuqui!" Eso no beneficia a tu marido, que aún van a pensar mal y acabarán pensando que es un cursi y un abuelo modernillo trasnochado y que se tiñe las canas.
Anda, tómate la pastilla y no te olvides de la próxima cita, que falta te hace.
Usted es más guapo, más joven y más delgado que en la vida virtual. Y más inteligente.
ResponderEliminarEntro para ver si hay algo de la presentacion y de como fue, supongo que tendre que esperar a mañana...
ResponderEliminarTeresa, no te vi o no te reconocí. Una pena. Estuve un rato con Manuel. No sé si os conocéis en persona, pero era la ocasión.
ResponderEliminarGracias mil.
Phryne, todo a pedir de boca, creo. Un detallazo por tu parte.
ResponderEliminar(¡Toma!:no sé qué he toquiteado, que ya me reconoce desde este ordenador. Soy incapaz de repetirlo.)
ResponderEliminarBueno, que yo también entraba a ver la crónica y la foto de la joya. Pero veo que también tendré que esperar...
O sea que tienes un pasado de columnista, sí debe ser un trabajo algo ingrato, siempre sin saber si te leen o no, al menos en los blogs tenemos el contador de visitas.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu libro, buenoo, creo que profetizo una oleada de libros solo para llevarte/llevaros la contraria, como te comenté aquí en Mallorca hay algún que otro historiador que cree que era mallorquín a pies juntillas, seguro que te miran con malos ojos jeje.
Sonja, los mallorquines se equivocan (en cuanto a Colón, claro). De todas formas, tampoco es que uno se vuelva loco con el asunto, que no es para tanto como pueda parecer.
ResponderEliminarGracias, Sonja.
¿donde esta a la venta libro?.
ResponderEliminarAnónimo, por lo que sé, el libro lo ofrecen directamente los editores. No está en librerías. Imagino que ellos ya cuentan con alguna línea de venta, pues de no ser así mal andarían. Si estás interesado o conoces al alguien que lo esté, puedes mandarme un correo (tienes mi cuenta de correo en mi perfil) y te contactaré con ellos.
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