miércoles, 14 de diciembre de 2011

Las redes sociales conmigo


Uno trata de sentirse un muchacho y no quiere darse cuenta de que la realidad lo lleva por otro camino. Hasta el advenimiento de las nuevas tecnologías era posible fingir mocedad ya bien entrados los cuarenta. La pérdida de poderío físico se suplía con experiencia, como aquel Alí que ya no podía practicar sus desconcertantes bailes y seguía tumbando a sus rivales, dejando atrás las picaduras de abeja para meter tres hostias bien dadas en el momento oportuno. Foreman y Frazier lo sufrieron en sus carnes.

Hoy ya no. Hoy uno tiene que desenvolverse en las redes sociales para seguir siendo alguien. Yo lo intento. Tengo cuenta en Facebook, en Twitter y en dos o tres más, pero no termino de entender ese nuevo mundo, como los conquistadores europeos nunca terminaban de entender América y ni hoy la entienden.

Facebook, por lo que sé, es una comunidad virtual formada principalmente a aquellos que tienen gatitos. Uno entra allí y ve millones de gatitos. Cuando esos animales crecen, los matan o los abandonan, y ya no queda más remedio que ir por la calle apartando a patadas a todos esos gatos adultos que un día sirvieron para ilustrar el álbum de algún usuario de Facebook. Se compran un gatito, le hacen un montón de fotos y en cuanto mea fuera del tiesto lo abandonan: "al carajo el puto bicho". También hay otras cosas, como vídeos de gatitos y dibujos de gatitos. Hay  gatitos con lazos, gatitos posando, gatitos bailando. Los gatitos acaban hartos, pensando: "a ver si me hago mayor y me echan a la puta calle, que esta gente está muy mal". Los hay que en lugar de gatitos tienen perritos, pero esos son los que no entienden el Facebook y no suelen tener más de media docena de amigos. Yo uso mi cuenta de Facebook mayormente para promocionarme, pero entiendo que a mis amigos se les hace cuesta arriba mientras no tenga gatito.

Luego está Twitter. Twitter es otra cosa. Se utiliza para poner gratis los SMS que antes se mandaban a La Noria o a Intereconomía. También es muy útil para amenazar de muerte a Cristiano Ronaldo, algo como "@Cristiano si te pasas por #Mataró te mato, hijo de puta". Twitter tiene, además, una terminología propia que yo no acabo de entender. Uno va por la calle y le dicen que Mourinho es Trending Topic mundial y no sabe si eso es bueno o malo. Cuando yo abrí mi cuenta en Twitter escribí mi nombre completo y la cosa quedó en @RodrigoCotaGonz. El González no cabía, al parecer, y me lo mutilaron.

En Twitter no hay gatitos, pero no se pueden escribir más de 140 caracteres. A los que somos de prosa más bien larga se nos queda en nada. Yo para amenazar de muerte a Cristiano necesito al menos 400 palabras, de ahí que tenga pocos 'followers', que significa 'flores' pero en inglés.

También tengo cuentas en otras: Sonico, Linkedin, Google+, pero renuncio a usarlas porque uno puede tratar de abrirse paso por la vida, pero no a codazos, salvo que se compre una docena de gatitos.

8 comentarios:

  1. Estimado Sr. Cota, me veo en la obligación de aconsejarle la web http://icanhascheezburger.com
    Ahí podrá ver las últimas tendencias en fotos y humor gatuno, donde podrá invertir horas y horas viendo como la gente se aburre mucho y, sin darse cuenta, ver que ha echado a perder un día (o varios) de trabajo.

    Genial entrada!!! Saludos!!!

    ResponderEliminar
  2. Muy bueno, Cota, sobre todo lo de los conquistadores europeos. Eso, sí, en cuanto pase por aquí GaChó te va a contar una de gatos, prepárate...

    ResponderEliminar
  3. jajaja, menos mal que entro lo menos posible en Facebook y algún no he visto ningún minino, lo de los 140 caracteres, uff eso debe doler, casi mejor dejarlo.

    ResponderEliminar
  4. Pues no mira, querido Keni Manuel. No pienso pasar porque esta entrada me ha dejado mosqueadísima. Y yo sé porqué lo digo.
    Eso sí, la cancioncilla la dejoaqui
    Y aquí (esta para Manuel)
    Y, por descontado, aquí
    Jo, es que Manuel se lo merece todo. No me podía aguantar.
    Y la que Glub esperaba como agüita de mayo: Esta canción es sagrada para mí. Bienaventurado aquel que pueda disfrutarla.

    ResponderEliminar
  5. JDelgado, gracias por esa página. ¡Qué maravilloso es el mundo de los gatos! Un abrazo.

    Manuel, tú sí que estás cada vez mejor con tu Galpón, y además lo sabes.

    Sonja, no sabes lo que mata eso de los 140. Pruébalo algún día, tú que también eres de prosa larga.

    Gata, no me digas esas cosas, mujer, que me destrozas el corazón.

    ResponderEliminar
  6. No tengo nada que decir, soy como aquellas damas victorianas que cuando vieron en las calles un automóvil dijeron que esos inventos del demonio no llegarían lejos. Lo mismo pasará con las redes sociales. Por el momento mando mis felicitaciones navideñas vía correo, como debe ser, con sello y tarjeta. Nada de inundar por e-mail con papás noéles simpáticos. Todavía.

    Pero tengo guardado un villancico guapo para colgar aquí cuando corresponda. Y los gatos, Cota, son los gatos. El poder de la red, menos mal que ellos no lo saben.

    Lo peor que puede pasar cuando visitas amigos no es ya el álbum de fotos del parto o vídeo de boda, no, es que te cuenten las últimas gracias de su gato.

    Esto...ejem, mi fondo de pantalla de mi móvil es mi gato...¡es tan guapo!

    ResponderEliminar
  7. Gracias Gata, por la dedicatoria audiovisual. Y gracias, Rodrigo, por los ánimos. Gracias a lectores como tú me atrevo a colgar cosas como la del próximo viernes. Sé que esto parece una "promo" pero es que es la puñetera verdad.

    ResponderEliminar
  8. Coincido, aunque no lo digo muy alto por si me escuchan y se dan cuenta de que estoy algo anticuado.
    De momento, peinandome al estilo Anasagasti, mantego plena mi imagen de juventud y y nadie me calcula mi edad real.
    De gatos no opino, recordad que un jato e un jato, e una muller en un bicho.

    ResponderEliminar