jueves, 14 de junio de 2012

La felicidad




Mi percepción sobre Rajoy cambió radicalmente el pasado 29 de octubre de 2011. Ese día dio un mitin en A Coruña en el que prometió “devolver la felicidad a los españoles”. Hasta ese preciso instante sólo había dos tipos de personas que prometían la felicidad: el adolescente enamorado o el líder de una secta, quien inmediatamente después de prometer la felicidad a sus seguidores les pide que se suiciden porque una nave espacial viene a recoger sus almas para llevarlas a un planeta muy bonito.
Pero nunca hasta entonces un político había prometido la felicidad. Rajoy fue el primero. La osadía era tan obvia que uno pensaba: “o este tío es un genio o está como una puta cabra”, pero en cualquiera de los dos supuestos, mentía o decía la verdad. Yo, acostumbrado a que los políticos mientan, creí no obstante a Rajoy y lo hice por el simple motivo de que quiero ser feliz. Hasta el otro día estaba convencido de que Rajoy me iba a comprar la isla de Tambo y me iba a construir ahí un chalet en el que yo viviría con mi familia, y Pepe Solla vendría todos los días a traerme la comida. Lo creía porque confiaba en Rajoy y en su promesa de hacerme feliz y eso es lo que yo necesito para ser feliz. No creo que la idea que tiene Pepe Solla de la felicidad incluya llevarme la comida a mi chalet de Tambo a diario, pero ese no es mi problema. Es el problema de Rajoy (...) Diario de Pontevedra. La felicidad.

5 comentarios:

  1. Loquillo quería un camión para ser feliz, pero tú te conformas con la isla de Tambo: aún hay clases, dí que sí. Me he reído con esa ingenuidad impostada y la lógica aplastante del post. Auguro entradas a esgalla. Vémonos cando mande Tareixa.

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  2. Bueno olvidas a coca-cola con su instituto de la felicidad pero tienes toda la razón eso también suena a secta.
    Fijo que pensaba en el camión, uno para toda A Coruña claro.

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  3. Ya escribiste un articulo parecido a este.Y con tal estusiasmo me puse a escribir una carta con todos mis deseos tal si fuera un rey magufo, perdón, rey mago.

    (Magufo es una palabra que aún no podemos encontrar en el diccionario de la RAE, ni siquiera en la Wikipedia, pero es un término muy utilizado generalmente en listas de correos, foros de Internet y otros ámbitos por personas escépticas de las pseudociencias para referirse informalmente a los promotores de éstas. Los magufos son personas completamente transparentes a las opiniones de los demás. Piden a los demás que duden de todo, pero son incapaces de dudar de sus planteamientos. Y como muchos de esos planteamientos son alocados tienen que mezclarlo con verdades distorsionadas para ganar seguidores)

    Y eso, estoy esperando. Feliz soy, mas o menos, pero no gracias a él. Otro vendedor de rosquillas, es lo que es este nuestro presidente.

    Un besiño Cota.

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  4. Este hombre, se fue en busca de la felicidad y ya no regresa... No sé, dinos algo ¿qué tal en Tambo?

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  5. Cotaaaaa, Cotaaaaa, manifiésssssssssssssssssstate......

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