Por Manuel Pérez Lourido.
Mourinho
es entrenador de fútbol, portugués y triunfador. En esta primera
premisa ya hay un par de datos paradójicos cuando no
contradictorios. Aparte de Eusebio, y de eso hace mucho ya, se
recuerdan a muy pocos portugueses en la cima futbolera. Figo dejó
tan asombrados a todos que estuvo en el Barcelona, el Real Madrid y el
Inter y se retiró con una pila de millones y una cacheira, como
decimos por aquí. Cristiano Ronaldo, como ciber-jugador y
ciber-humano que es, no cuenta como portugués. Cristiano Ronaldo
tiene un nombre chocarrero, enigmático y hortera, a partes iguales
de treinta y tres coma tres período por ciento, y sin embargo ha
llegado a la cúspide balompédica a base de dotes atléticas,
técnicas, dedicación y mala milk. A partes iguales también,
seguramente. Pero estábamos con Mou, que gusta de acaparar la
atención para que dejen tranquilos a sus polluelos y por que le da
gustirrinín, todo hay que decirlo, que eso se ve a la legua. Sus
detractores lo acusan de amarrategui, palabra proveniente del fútbol
vasco y acuñada por Javier Clemente según creencia popular. Sus
defensores prefieren decir que arma al equipo desde atrás,
expresión que se puede prestar a interpretaciones diversas y algunas
desafortunadas, como suele suceder si se menta la parte trasera en un
ambiente futbolero como el de nuestro suelo patrio.
Bien
es sabido que para muchos de nuestros conciudadanos la única patria
es el fútbol y cada vez lo es menos. Es una patria victoriosa pero
privatizada, triunfante pero endeudada, descollante pero artificial.
Mou es un tipo chuleta e inteligente que pierde a veces por lo culpa
de lo primero lo que merecidamente gana con lo segundo. Es obsesivo,
sólo hace falta ver cómo viste, como los grandes entrenadores, como
Capello, Van Gaal, Guardiola. En un deporte en el que tanto queda en
manos de los pequeños detalles, tener un preparador que los
desmenuce y domestique es jugar con un poco, o un mucho, de ventaja.
Y a los obsesivos se les nota, primero, en la forma de arreglarse. No
estoy diciendo que Del Bosque o Luis Aragonés (o Javier Clemente) no
sean grandes entrenadores porque parecen jubilados de extrarradio
saliendo del pryca. No. Creo que son grandes entrenadores aunque su
praxis se ha quedado obsoleta, a la par que su vestimenta, pero
explotan lo que saben por viejos más que por diablos (ejem, dejemos
a Clemente fuera de esto) y su gran capacidad para gestionar grupos
de jóvenes deportistas multimillonarios y conseguir que se junten en
el común objetivo de jugar bien y ganar partidos, lo cual es difícil
de carallo. Y pienso que de los tres, el vasco es el que más se
asemeja a Mourinho por temperamento, luego Aragonés, y a Del Bosque
lo situaría en las antípodas.
Todo
esto viene a dar en la premisa de que se puede triunfar como
entrenador de fútbol desde diversos puntos de partida. Yo me quedo
con los que, a un paso del TOC, sea que se muestren desagradables o
que orinen colonia, persiguen la perfección con una pasión
contagiosa, indiferentes al recuento de los partidarios y detractores
que generan. Esos líderes natos que, como Bielsa, son tan metódicos
que acaban pareciendo iluminados y cuyo gran mérito es lograr
convencer a sus futbolistas de que lo son y que ellos y sólo ellos
los van a conducir hacia esa luz, que no es otra que el resplandor de
los trofeos y del oropel de las medallas.
A
Mourinho, portugués y triunfador, nadie le puede negar que ha sabido
dirigir a varios equipos de élite con mano diestra hacia el triunfo.
O con la siniestra, o con una de goma: no vengan ahora con aquello de
que lo importante es participar, esa frase que inventó uno que quedó
segundo.
¡Y qué guapo es Messi y lo bien que habla! Lo vi el otro día en portada de revista dominical y ni falta hizo que le entrevistaran, el fotógrafo que lo puso guapo ya contestó por él.
ResponderEliminar¿Ouién es Mou?
Aun no siendo madridista reconozco la imagen de clase y señorío que siempre tuvo el Real Madrid, hasta que llego Mou con sus paisanos Pepe y CR7 y aportaron marroñería, y esa imagen de chulo de playa tan especial que opaca a la de Sergio Ramos, Javi Alonso o Iker Casilas.
ResponderEliminarCreo que ya se les acabó su etapa en el Madrid y ojalá elijan a un entrenador de clase.