martes, 8 de septiembre de 2009

1397. Pero Niño y el sitio de Pontevedra.


Al poco de asumir el poder mi amigo Enrique III "El Doliente", nuestro vecino portugués Juan I "El de la Buena Memoria", espoleado por la aplastante victoria de las tropas lusas en la Batalla de Aljubarrota, se decidió a invadir Galicia con apoyo del arzobispo de Santiago, Juan García Manrique. Eran tiempos en que los reyes de Castilla y Portugal ambicionaban sin complejos la corona del otro. Entre otras plazas, como Tui o Padrón, las huestes portuguesas tomaron la Villa de Pontevedra, en la que el propio arzobispo se hizo fuerte. Parace ser que el arzobispo de Santiago se encontraba indispuesto con Enrique III por entender que éste dispensaba trato de favor al arzobispo de Toledo, y por eso se echó en brazos del de la buena memoria. El caso es que Pontevedra, en poder de García Manrique, se convierte en una ciudad rebelde, algo que no podía consentir el rey de Castilla.

Para resolver la situación, "El Doliente" envió a sus tropas para recuperar Pontevedra. Entre los caballeros que tenían esa misión se encontraba Pero Niño. Éste Niño era un importante militar y corsario que llevaba desde los catorce años librando destacadas batallas para su rey, del que había sido compañero de estudios. Cuando sucedieron estos hechos, Pero Niño ya tenía sus 18 ó 19 años, y ya contaba con la ayuda de su alférez, de su misma edad, Gutierre Díez, quien se encargaría de escribir la "Crónica de Pero Niño", de la que se dice es una de las mejores joyas de nuestra literatura medieval.

Los partidarios de Enrique, entonces, vienen a expulsar de Pontevedra a Juan García, entregado a su tocayo portugués de prodigiosa memoria. Ponen sitio a la ciudad, pero no consiguen amedrentar al arzobispo de Santiago, que saca a sus tropas de la villa amurallada para enfrentarse a campo abierto a Pero Niño y sus colegas.

Dice Gutierre Díez en su "Crónica de Pero Niño" que "Todas las Dueñas e Doncellas eran á mirar por el adarbe de la villa." En eso no han cambiado las mujeres de Pontevedra, quienes como las del resto de los lugares, gustan de asomarse a las ventanas o a los balcones a cotillear en cuanto dos hombres o más se enfrentan a golpes por el motivo que sea.

La batalla duró varias horas y el conde de Buelda, Pero Niño, perdió en ella a su caballo, viéndose obligado a pelear a pie, resultó herido en varios lugares de su cuerpo y acabó maltrecho tras permanecer durante todo el tiempo en primera línea matando enemigos. Entre otros, Pero Niño se cargó a un tío muy grande llamado Gómez Domao, de quien unos cronistas dicen que era "home muy recio" y otros "muy famoso peleador". La batalla terminó, con resultado inconcluso, cuando las fuerzas del arzobispo volvieron a encerrarse en la ciudad y los sitiadores se pusieron fuera del alcance de los ballesteros, ambos bandos rendidos tras varias horas de lucha.

La cosa acabó más o menos así, pues al poco "El Doliente" y "El de la buena Memoria" firmaron una tregua.

De la batalla referida, una de las más famosas que vivió Pontevedra, se ocupan muchos cronistas e historiadores. Pero yo tengo, de entre todos ellos a uno que es mi preferido, José Joaquín de Mora, quien mejor supo plasmar, en apenas unos versos de sus "Leyendas Españolas", el heroico comportamiento de Pero Niño en la batalla de Pontevedra y su particular duelo con Gómez Domao:


"Delante de Pontevedra,
A un jayan que alli vivía,
Fuerte y duro como piedra,
Temerario desafía.
Mas nada su pecho arredra;
Y aunque doncel todavía,
Con nunca vista fiereza
Le partió en dos la cabeza."


La imagen es de la Torre de Pero Niño, en Cantabria.


rocogo2005@hotmail.com
rocogo2005@gmail.com

http://cristobal-colon.com
http://colon-gallego.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario