miércoles, 26 de mayo de 2010

Sobre la descripción física de personajes.



Tenemos la necesidad de poner físico a los personajes. Parece que de otra manera nos resulta imposible creer en sus acciones. Ello sucede sean los personajes reales o ficticios. Buscamos de manera instantánea una descripción física, y cuando no la tenemos, la creamos, y aceptamos aquella que se ajuste a nuestra imaginación o nuestros deseos. Utilizaremos como ejemplos los de dos libros que, por ser los más vendidos de la Historia, es probable que los encontremos en casa o, desde luego, en la red: Don Quijote y la Biblia.

Tomando el primero de los casos, cualquiera de nosotros podríamos dar una descripción física de Don Quijote: alto, con larga barba blanca, enclenque, nervudo, con ojos saltones o muy abiertos, largos brazos...

Lo cierto es que el propio Cervantes apenas dedica, a lo largo de toda su obra, unas tres líneas a la descripción de su personaje, que divide en dos pasajes. No se aleja demasiado de esa imagen que todos tenemos, pero llama la atención el hecho de que Alonso Quijano, por ejemplo, no tiene barba, aunque sí  "bigotes grandes, negros y caídos". Sucede que a estas alturas, la imaginación, o las ilustraciones de Doré que se han tomado como referencia, trascienden a la descripción del personaje que hace su inventor. ¿Alguien se creería una película que nos presente a un Quijote con grandes bigotes negros y sin barba, tal como lo presenta Cervantes? La literatura, generalmente deja a la imaginación del consumidor la presencia física del personaje. Obviamente no sucede lo mismo con el cine o con el cómic, por ejemplo, formatos en los que obligatoriamente los personajes se nos presentan físicamente. En la literatura el físico del personaje no tiene mayor trascendencia, pues cada lector hará una composición imaginaria. Lo que importa es su carácter y su comportamiento.

Algo similar, aunque más acentuado, sucede con los personajes bíblicos. Si te tomas la molestia de ojear esa Biblia que tienes en casa, te darás cuenta de que apenas encontramos vagas referencias a la hermosura de algunas mujeres, o a la edad de algunos personajes, pero a duras penas una descripción con un mínimo de detalle. Del propio Jesús no encontrarás ni una sola desripción, por lo que tenemos los mismos motivos para imaginarlo alto, delgado, bien parecido, con barba y melena (no muy diferente al Quijote, aunque más joven) como para representarlo gordo, bajito, desdentado y calvo. Simplemente, obedecemos a un retrato totalmente ficticio que no responde necesariamente a la realidad. El hecho es que en ningún pasaje bíblico se nos representa el físico de Cristo. Lo imaginamos tal como nos lo han dibujado, y tomamos por buena esa representación icónica e irreal. No queremos a un Jesús con cara de bobo y por ello lo vemos con rasgos perfectos, como una representación de la hermosura que refleja sus virtudes que, esas sí, se nos exponen con abundancia de detalles.

Lo cierto es que en la literatura los personajes se describen por el contexto: Julieta ha de ser preciosa porque si no carecería de sentido que Romeo se enamorase de ella. Su belleza se presupone y pasa a un segundo plano, dejando el protagonismo a sus actos. En el formato escrito es la poesía la que normalmente se recrea en la descripción física: ojos verdes, cabellos dorados, y esas cosas... La poesía es el arte de explicar lo innecesario, y eso es lo que la distingue de la prosa, que se ocupa más bien de la descripción de los hechos que conforman una historia. Y es asi porque el autor sabe que, por mucho que describamos a un personaje su retrato final será aquel que el lector quiera imaginar. Sin embargo, la descripción de un acto deja poco lugar a la imaginación. Si describimos un accidente en el que una locomotora arrolla a un camión, por ejemplo, todos acabaremos haciéndonos una composición del acto que poco diferirá de un lector a otro. Si, por el contrario, nos detenemos en describir con todo lujo de detalles a una señora, cada lector al que se lo pidamos, nos dibujará a una señora diferente. Por eso nos resulta más cómodo imaginar al Jesús o al Quijote que nos han pintado que al que, de otra forma, tendríamos que pintar en nuestra imaginación.

Y ya está. La canción es una mierda, pero el título y la letra se ajustan en parte a lo que queremos decir.


14 comentarios:

  1. Un respeto para esa canción, por favor!!

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  2. Bien Sísar. Lo retiro. Donde decía "la canción es una mierda", léase: "la canción es fantástica".

    Gracias por la visita, como siempre.

    Saludos.

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  3. Pues a mí me gusta la canción, soy una romántica. Y el post, nada que objetar, será como tu lo dices, Rodrigo, que sabes más que yo de eso, yo sé de lo mío

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  4. Entiendo que la poesía es mucho más que "el arte de contar lo innecesario", aunque también puede ser eso. Aparte, creo que haces una reflexión lúcida sobre el tema

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  5. Es una tesis a tener en cuenta. De todas formas, no parecías compartirla cuando escribiste la que yo creo que es una descrpción física genial de un personaje:

    "Yo, Eugenio del Río, no soy muy alto. Nunca me he tallado pero no soy más alto que un buzón de correos. Tengo un problema de caderas, un defecto congénito que confiere a mis andares un movimiento característico que yo diría pendular, algo así como si fuera cojo de las dos piernas, movimiento que otros definirían como grotesco, y que no merma en absoluto mi motricidad al correr como demuestro cada día cuando los niños crueles me lanzan objetos. Por lo demás soy normal si excluimos mi oreja derecha que la tengo engurruñada y puntiaguda, ofreciendo desde ese flanco un aspecto de duendecillo diabólico. La otra, la izquierda, sin embargo está bien, mas ¡ay!, no oigo por ella. Luzco melena, como ya he dicho, nunca más allá de la cintura y me da mucho juego pues según la ocasión y el lugar al que uno acude lo mismo se hace un chicho que unas trenzas o una coleta y siempre se queda bien. Y debo decir, ya que andamos con franquezas, que un ojo me supura una sustancia viscosa de un color que fluctúa entre el verde perejil y el rosa mexicano y que yo limpio regularmente con un pañuelito blanco que ya llevo para eso y procuro no confundir con el otro, con el de los mocos que va en otro bolsillo, para no pasarme las infecciones de uno a otro lugar. Y así soy por fuera que por dentro soy muy humano y misericordioso y llevo siempre una navaja por si acaso."

    Extraía de "El Tubo de Mirar", de Rodrigo Cota. Ya he dicho anteriormente que eres un excelente humorista y este fragmento lo demuestra, pero volviendo al tema, ¿es o no es necesario describir físicamente a un personaje?

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  6. Y perdona que insista, pero encuentro esta otra con la que empiezas el tercer capítulo:

    "Felicita es pequeña, peluda, suave; tan blanda por fuera que se diría toda de algodón, que no lleva huesos."

    Aunque en este caso, entiendo que simplemente utilizas la descripción que hace J.R.Jiménez de Platero como un recurso humorístico de altura, por cierto. Esa no la tendremos en cuenta.

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  7. Lara, ya que coincides con Sísar en la canción, voy perdiendo dos a uno. Me rindo.

    Rolfo, cierto que la poesía es mucho más que eso. Debo confesar que ese no es mi territorio.

    Anónimo: me has "pillao", pero creo que no del todo. En la primera de las descripciones que reproduces, si la repasamos, la parte del texto que realmente dedico a describir físicamente a mi personaje se puede quedar en una docena de palabras: bajito, melenudo, con un andar defectuoso o característico, un ojo chungo y una oreja puntiaguda. Eso es todo. Creo que lo justo. Además, la melena o el ojo chungo forman parte del carácter del personaje y del desarrollo argumental, por lo que van más allá de su aspecto físico.
    En fin, te doy la razón a medias.

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  8. Pues ami la canción me parece una mierda. 2-2

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  9. Piti, como autor/editor me corresponde un voto de calidad. Se lo doy a Lara y a Sísar: 3-2. Gana Perales.

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  10. Definitivamente:
    ¡José Luis Perales, el mejor!!!
    Especialmente este tema, que toca directamente la incertidumbre del amante ante la incógnita identidad de su opositor, es sublime.
    Las dudas sobre el lugar en el que se enamoraron¡¡¡¡¡¡
    Sus ocapaciones en sus ratos libres..
    Mi voto, valga lo que valga, positivo.

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  11. Rodrigo, ¿sabes que Marc Anthony, uno de los mas grandes de la música actual, acaba de versionar en su último disco, el increible tema de José Luis Perales? Sí, el que tanto se critica en este Blog, salvo por Lara, Piti, Sisar y yo mismo. Jennifer López, su esposa, estaba tambien feliz al escucharla así como muchos seguidores.
    Sin contar a estos últimos:
    6-2 (ibamos 3-2, mas Marc Anthony, Jennifer y yo)
    Clarísima victoria.Beckam.

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  12. Si es así, Santano, gana Perales por goleada. ¡Viva Perales!Con todo, sé quién es Jennifer López, pero no sé nada de Marc Anthony, por lo que su voto queda en cuarentena. 5-2.
    ¿Quién es ese Marc?,¿en qué lugar se enamoró se ti?, ¿a qué dedica el tiempo libre?

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