Por Jano/Cota
Mario Conde Conde fue el máximo exponente de lo que en España se dio en llamar la "Cultura del Pelotazo", que consistía, en pocas palabras, en ganar un dineral con el mínimo esfuerzo. Abogado del Estado con la mejor nota que nadie ha conseguido hasta hoy, se asoció con un tal Abelló, que era dueño de una empresa farmacéutica. Vendieron la empresa e invirtieron el beneficio en acciones de otra que se llamaba Antibióticos. A su vez vendieron Antibióticos y en dos años, con esas operaciones de compra-venta convirtieron los 2.700 millones de pesetas de aquella primera venta en los 58.000 que sacaron de Antibióticos. Con esos 58.000 se hicieron con el control de Banesto y Mario Conde consiguió la presidencia del banco a sus 39 primaveras.
Toda España quería ser Mario Conde. Era rico, joven, apuesto, elegante, amante de la ostentación, moreno y engominado. Un yuppie de libro. Y además era masón, lo que le otorgaba cierto aire misterioso y romántico. Era también amigo del Rey y del padre del Rey, salía en portada en periódicos y revistas. Tenía un yate enorme. Los estudiantes de empresariales y los jóvenes empresarios agotaban las reservas de gomina, que llegó a convertirse en un producto estratégico.
Lo malo del asunto fue que Mario Conde correspondió. Toda España quería ser Mario Conde y Mario Conde quiso ser toda España.
Le intervinieron el banco y fue condenado a prisión, entre otras cosas por apropiación indebida de 600 millones de pesetas. En aquellos tiempos 600 millones de pesetas era una cifra. Hoy eso son poco más de cuatro millones y medio de euros, que es lo que gastamos cada día en mi ciudad (80.000 habitantes) en construir dos rotondas y ensanchar seis aceras. Calderilla.
Caído en desgracia, ya nadie quería ser Mario Conde. Los yuppies se hicieron cocainómanos y la industria de la gomina mandó al paro a miles de trabajadores. El grunge estaba a la vuelta de la esquina.
Quiso ser Presidente de España y en el intento terminó de hundir al CDS, aquel partido fundado por Adolfo Suárez. Hoy es editor, tertuliano de Intereconomía y, se dice, uno de los propietarios de ese grupo muy de derechas. Tiene un foro de debate en el que participa activamente.
Mario Conde prepara su vuelta, y quiere hacerlo a lo grande. O mucho me equivoco o pronto oiremos hablar mucho de este gallego que no se conformará con pasar a la historia como un ex-presidiario.
Vuelve Mario Conde? eso si da miedo. Deberían hacerle un reportaje en Cuarto milenio.
ResponderEliminarUn paxaro. Nunca me fiei de ese tipo, nin dos que son coma el. Por culpa de persoaxes de esa calaña estams hoxe como estamos, na ruina total.
ResponderEliminarMe supongo, Sr.Cota que todas sus críticas hacia D. Mario Conde y las de sus adlateres,- que también en su día desearon ser M.C.-, ¿ vendrán fundadas o refrendadas por alguna base ?.
ResponderEliminarUd, solo hace referencias, extraídas de una simple Wikipedia, muy burda al igual que su texto.
Que fácil es criticar, desde la opacidad de un nick, que facil es calumniar, sin tan siquiera conocer.
En fin, todos, sin excepción, deseamos ser alguna vez, Juez y Parte, aunque algunos sólo les baste ser Abogado del diablo, pues NUNCA serán Abogado del Estado, verdad, Sr.Cota ?.
Gracias, por una visión tan parcial como vacía de contenido y mucho menos de forma.
Gracias, por criticar al D.Mario Conde porque ello no hace más que acrecentar un buen dicho castellano que hoy en su blog, lo hace más valido que nunca, sean coherentes, por favor : " Que atrevida es la ignorancia ".
Atentamente.- F.S.
A Conde, que no es ningún santo, le hicieron pagar doblemente su intromisión en terrenos que no le correspondían.
ResponderEliminarLa primera, en la frente, fue por parte de la banca. No pertenecía a las familias que manejan la banca, era un advenedizo por tanto no le protegieron.
La segunda, en el pecho, fue por parte de los politicos, hubiera arrastrado muchos votos tanto de la derecha como de la izquierda moderada por tanto había que quitarle del escenario.
Tampoco lo que hizo fue tan tremendo, solo hay que pensar en lo que han hecho ahora las cajas de ahorro de las autonomías y todavía no he visto procesar a nadie.
Ahora bien, si es tan listo como parece creo que debe evitar salir a la escena pública, como lo ha hecho Ruiz Mateos que ha recuperado su imperio sin decir esta boca es mía.
Arturo, Iker Jiménez podría hablar de masonería con Mario Conde. El tema encaja, digo yo.
ResponderEliminarGalizán, non teñas medo. Mario Conde é hoxe un tipo místico que cultiva aloe vera. Aparte, xa non nos pode poñer peor do que estamos.
Fernando, estoy totalmente de acuerdo contigo. Suscribo hasta la última coma de tu texto. Un abrazo muy, muy fuerte, de abogado del Diablo a abogado del Estado, que seguro que tú sí eres.
PHRYNE, tienes razón. Supongo que muchos, por mucho más, se han ido de rositas. Creo que Mario Conde calculó mal y sobrevaloró sus fuerzas. Para entrar en ciertos círculos y pretender dirigirlos hace falta mucho más que talento y dinero. Berlusconi, sin embargo, hizo una jugada parecida y le salió. Puede que en Italia sí se dieran las circunstancias propicias para una aventura de ese tipo.
Y creo que, al contrario que Ruiz Mateos, a Mario Conde le perderá su vanidad. En El Gato al Agua se le notan las ganas de volver. Y eso que Ruiz Mateos perdió mucho tiempo llamando la atención. Cuando recuperó la discreción reconstruyó su imperio. No parece de momento que sea ese el caso de Mario Conde.
Gracias, Glub. Un fuerte abrazo, también, sin rencor ni acritud.- F.S.
ResponderEliminarInnegablemente Mario Conde era el mas alto exponente de la llamada Cultura del Pelotazo pero habría que ver la situación financiera de muchos de los bancos y cajas de ahorros en el momento de la intervención de Banesto por parte del Estado y, seguramente, había mas de uno en posiciones muy similares.
ResponderEliminarQuizás fué aviso para navegantes, los Albertos por ahí andaban y muchas cajas de ahorros también.
Glub,
ResponderEliminar¿E Vidavedra? non podo entrar.Xa me contaredes.
Santa Compaña, creo que PHRYNE y tú dais algunas de las claves de los motivos por los que fueron a por Mario Conde.
ResponderEliminarPrueba otra vez con Vidavedra, a mí me va. Te recomiendo el último relato de Rodrigo Cota hijo. Es formidable.
Abrazos.
Normalmente es la prensa la que te hace caer, como ejemplo la caída socialista cuando Prisa le dio la espalda. En cambio a Mario le querían y le respetaban. Nunca salió nada de lo golfillo que era y eso que algún que otro paparazzi tenía fotos muy comprometidas que le podían haber hecho mucho daño. Vendetta pura lo que le hicieron.
ResponderEliminarMario Conde fue una víctima de la corrupción partitocrática y no deberíamos cuestionarnos si quiere hacer esto y lo otro, que es libre de hacer lo que le venga en gana, ahora y antes, deberíamos pensar en quien lo encarceló sin causas justificadas y con intenciones antidemocráticas, si no lo hacemos, algún día nos lo podrán hacer a nosotros, o yo mismo te lo podré hacer a tí.
ResponderEliminarTener fama y dinero no justifica la lapidación, y como no lo justifica, hay que meter en la cárcel a quien y quienes cometieron el verdadero delito, de “abuso de poder”.
Quienes son Aznar, Felipe González, tú, yo y aquel que va por allí, para decidir quien entra en política o sale, los partidos políticos se deben a los ciudadanos, no los ciudadanos a los partidos políticos y mucho menos si gobiernan o tienen opciones de gobernar.
Ostias, Fernando, me quieres meter en la cárcel a mí que no soy rico ni guapo. Si a mí me parece bien que Mario Conde haga lo que le de la gana. No seas cruel conmigo.
ResponderEliminarPor lo que veo, si fuera por ti meterías en la cárcel a los ricos y guapos ¿o indistintamente?, te recuerdo que en España ya hubo precedentes de esto.
ResponderEliminarQuienes tienen que ir a la cárcel son aquellos que comenten un delito y es delito acusar en falso o difamar, con resultados tan nefastos, los que eluden el estado de derecho cometen delito y tanto el PP como el PSOE han ido de la mano en demasiadas ocasiones muy turbias.
Descartándote a ti, hubo gente que se alegró de lo sucedido a Mario Conde y a J.M. Ruiz Mateos, ¡la gente es mala, Rodrigo, es mala!.