lunes, 11 de abril de 2011

De diccionarios y homosexuales


El lenguaje puede utilizarse, como todo en esta vida, de maneras muy perversas. Tomemos como ejemplo el uso que hacen los homófobos de la palabra "matrimonio". Un argumento muy utilizado, que todos hemos escuchado muchas veces: "Si dos homosexuales quieren formalizar su relación que lo hagan, pero que no le llamen matrimonio porque no lo es". Pretenden hacer creer que todo se reduce a una buena o mala utilización del diccionario, como si eso les importara algo.  Vamos a poner un caso que los homófobos entienden a la primera: tampoco la madre de Cristo era virgen y nadie sale a protestar porque se lo llamen. Guárdense los homófobos su respuesta a esta afirmación de momento. Puede que no les valga unos párrafos más abajo.

Imaginemos que ese es realmente el problema que hay que solucionar. Una simple discusión sobre vocabulario. Podríamos proponer que se cambiase la definición de la palabra "matrimonio", como han cambiado las de las palabras "señora" o "caballero", pero no lo vamos a hacer. Démosles momentáneamente la razón. No llamemos "matrimonio" a la unión de dos personas del mismo sexo. Llámesele como se quiera, por ejemplo, "ramalamadingdong". Y digamos que Juana y Lucía o Paco y Luis contraen ramalamadingdong. El problema entonces debería quedar resuelto a satisfacción de los puristas del diccionario. Juana y Lucía ya están casadas, y dado que como demócratas defendemos la igualdad de derechos, ellas tienen los mismos que cualquier otra pareja. Por ejemplo, adoptar un hijo. ¡Ah. eso no! El cuerpo pide decir, "Dios no deja". Pero como la ley dispone que Dios no manda y la experiencia nos enseña que Dios ni siquiera habla, y lo que piense, si es que existe, no lo sabemos ni es vinculane, los homófobos dicen: "no es natural". Nuevamente se agarran al diccionario.

Claro que no es natural. Natural es que los hijos nazcan de parejas de sexos diferentes. Por eso los homosexuales quieren adoptar. Haz una prueba: echa un vistazo a tu alrededor y busca algo que sea "natural". Ya no existe casi nada natural, empezando por la pantalla en la que estás leyendo esto. Ni la ropa que llevas puesta, ni nada de nada. La especie humana evolucionó a partir de crear lo que no es natural. Casi todo es artificial, antinatural o contranatural. Un reloj, una prótesis de cadera, una casa, un tenedor o el bisturí con el que se extirpa un apéndice infectado no son naturales, y no parece que eso sea un problema para nadie. De todo lo expuesto anteriormente lo único natural es el apéndice infectado. Quedan otras cosas naturales, pocas pero quedan. Natural es que, ya lo hemos dicho, una pareja formada por dos personas de sexos opuestos tengan un hijo. Incluso si uno de ellos o ambos son pederastas, o maltratadores, o el estrangulador de Boston, casado, con esposa e hijos, o Marcial Maciel. Eso es natural y quizás eso sí merezca una manifestación.

Natural no es que una virgen de a luz un hijo, eso es lo menos natural que uno puede imaginar. Y sin embargo hay quien no sólo cree que sucedió, sino que lo cree con lágrimas en los ojos, lo cual, dicho sea de paso, a mí me parece muy respetable, como muchas otras cosas antinaturales o contranaturales.

Por tanto, no se trata de una cuestión de diccionario, sino de un asunto de fe o de moral. Pero la fe no tiene nada que ver con los derechos de las personas y la moral nunca es objetiva, pues cada uno tiene la suya. Eso lleva a los homófobos de nuevo al diccionario, y buscan "familia": "una familia debe tener un padre y una madre". Depende. Eso será si les da la gana a los que quieren formar esa familia. Los huérfanos de padre o de madre no tienen un padre y una madre. Quizás sería mejor que tuviesen dos padres o dos madres. El carnicero de Milwaukee tenía un padre y una madre. Yo le negaría el derecho a tener hijos, propios o adoptados. Y no por homosexual que lo era, sino por psicópata, que también lo era.

Pero nunca le negaría ese derecho a una pareja homosexual que quiere ser feliz y hacer feliz a un niño. Y menos utilizando un diccionario como arma arrojadiza.
 

11 comentarios:

  1. Estou totalmente de acordo en todo, eso sin contar con que os homosexuais son os únicos que hoxe cren no matrimonio, que se no é por eles non se casa nin deus.

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  2. Chapó.
    Ole y ole.
    Con tu permiso, me lo voy a copiar para estudiarmelo y utilizarlo de argumento ante algunos exaltados que me hacen callar a gritos.
    Además de bien argumentado es que te ha quedado bonito, coño.

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  3. No me gusta la gente que dice lo que hay o lo que no hay que hacer o cómo se tiene que llamar una unión entre personas.

    Yo estoy casada y no me importa. Es más, apoyo a la gente que quiere llamar a su relación matrimonio y me parece genial que un niño sea adoptado por un matrimonio gay antes que crecer en una casa de acogida.

    ¿Por qué hay que meterse siempre en la vida de los demás?

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  4. Me encantan las mujeres guapas y alguna que otra fea, en cuanto encuentre a una espero casarme y tener hijos así, en plural.
    Gracias Rodrigo.
    Gloria.

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  5. Don Rodrigo es usted un articulista como la copa de un pino..... ¿qué un pino? El Himalaya se le queda a usted pequeño... Qué artículo o entrada tan bien razonada y con qué gracia, qué estilazo. Ya le gustaría a muchos opinadores de tirada nacional tener una sombra de su habilidad con la pluma. Justicia sería reconocer sus méritos, pero eso, ay, eso.............

    Fdo.: Argonauta

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  6. ¡Hostias la virgen!, ¿entón non o era? é o da pomba? Teño ir a confesar, acusome de amar a miña Femia.

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  7. Querido Argonauta: a estas alturas ya tenemos algún recorrido. O los que leen esto pueden pensar que realmente me elogias, con lo cual te equivocas, o realmente me elogias. En cualquiera de los dos casos te equivocas, catorce veces de cada quince.

    Me quedo con los de siempre y con nuestra Gata. Besos.

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  8. Hi, hi, hi. Grande Glub.

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  9. Glub, otra vez, te luces, quizás te faltó otro argumento muy recurrido:
    -Y quien es Papá y quien Mamá, cuando los compañeros de clase con la maldad infantil les pregunten sobre cada uno de ellos, ¿que dirán esas criaturas?
    Lo he oído varias veces.
    Un abrazo.

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  10. Perece mentira que a estas alturas aún le demos vueltas a estos temas y sin emargo sigue haciendo falta que se digan, como haces tú. Bien, Glub.

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  11. De acuerdo con Arturo, hasta cuando seguiremos con estas cosas? siempre tiene que haber alguien que quiera decidir cuales son los derechos de los demás, y las comunidades de gays y lesbianas siempre llevamos las de perder cuando un moralista trasnochado se mete en nuestros derechos, ya está bien!

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