lunes, 27 de junio de 2011

Tradiciones y alfombras florales


Con las tradiciones pueden pasar sobre todo dos cosas: que se mantengan o que no. El primero de los supuestos sólo es un apazamiento del segundo. Descartemos de antemano cierto tipo de tradiciones bárbaras que requieren otro tratamiento y quedémonos solamente con aquellas que son ridículas, inútiles o estúpidas, o sea, todas las demás.

Todas acaban desapareciendo tarde o temprano y eso es un signo de la evolución del pueblo que las practica. Evolución normalmente positiva, que también hay otras formas. Cuando una tradición se pierde por agotamiento o aburrimiento, es una buena noticia. Así, la tradición acaba convirtiéndose en Historia, que el destino glorioso de las tradiciones.

La mayoría de ellas tienen un origen con cierto sentido: la peste estaba diezmando a los habitantes de tu pueblo, pongamos, y ellos sacaban a un santo en procesión. La cosa funcionaba más o menos y el hecho se repite anualmente, lo que ya carece de razón porque ya no hay peste. O un señor invitó a cenar a sus apóstoles porque lo iban a matar. La cena tenía sentido: lo iban a matar e invitó a sus amigos a una cena de despedida. Pues todos los años tenemos que celebrar esa desgraciada cena. Lo exige la tradición.

Yo antes daba valor a las tradiciones, pero acabé pensando que es absurdo eso de "esto venimos haciéndolo nosotros desde el año catapúm". Pues mira tú.

En Pontevedra tenemos motivo para celebrar la muerte de una de esas tradiciones: la de las alfombras florales con las que el día de Corpus Christi se cubría el suelo de algunas calles por las que había de pasar una procesión. La cosa consistía en que unas señoras se pasaban la noche montando aquellas efímeras alfombras. Luego la procesión jodía las alfombras y los barrenderos las limpiaban. Pero, y eso es un avance, los vecinos han dicho este año que las alfombras, que ya si tal, que mejor las haga Christi.

Hay quien pone el grito en el cielo. Son los que no hacen alfombras, porque la tradición mola siempre que sean otros los que se la curren. "¡Se pierde la tradición! ¿Qué será de nosotros?" Pues de nosotros será lo mismo sin alfombras kitsch que con ellas. Como nucho lograremos ser algo menos horteras por un día. En términos artísticos, culturales e históricos salimos ganando. Y evolutivamente damos un paso hacia adelante. La tradición es señal de atavismo, y los atavismos están para desaparecer.

3 comentarios:

  1. "La cosa consistía en que unas señoras se pasaban la noche montando aquellas efímeras alfombras. Luego la procesión jodía las alfombras y los barrenderos las limpiaban. Pero, y eso es un avance, los vecinos han dicho este año que las alfombras, que ya si tal, que mejor las haga Christi."

    Pues sí, que las haga Chrisi, grande Glub.

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  2. Ahora piden ayuda al concello para las alfombras de proximos años, era lo que nos faltaba

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  3. que pasa, estais todos disfrutando de la ola de calor???
    esto no se mueve

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