lunes, 5 de septiembre de 2011

Manuel Fraga


Recuerdo una columna firmada por Segundo Mariño, seguro que a finales de los ochenta y puede que en Faro de Vigo. Mariño, que fue maestro de periodistas y uno de los primeros que en Galicia abrió las ventanas de las redacciones para meter aire limpio, escribía aquel día sobre Fraga. Fraga presumía de honrado y decía Mariño que eso no era una virtud, sino una condición exigible a cualquiera, y que si la mejor cualidad de Fraga era su honradez, tampoco era gran cosa.

Casi treinta años después, aquella columna del gran Segundo Mariño podría volver a publicarse sin cambiar ni una coma, pues por desgracia mantiene toda su vigencia. Fraga se va como vino: viejo, honrado y en blanco y negro.

A mí Fraga siempre me pareció más que nada un personaje antiguo. Lo que más recuerdo de él son dos imágenes tomadas antes de nacer yo: una con bombín, cuando era embajador en Londres y quería ser Churchill, y su baño en Palomares la otra. Dos estampas que ya en su tiempo eran anacrónicas.

En la primera, la del bombín, de cuello para arriba tiene más parecido con un indígena boliviano perdido en Londres que con el propio Churchill, que era un tío que sabía llevar bombín; en la de Palomares, sin embargo, parece exactamente lo que es: un ministro de España que en lugar de liarse a bofetadas con quien acaba de perder varias bombas nucleares en las costas de Almería, retoza en el agua con él.

En Galicia deja Fraga su magna obra: la Cidade da Cultura, un proyecto mastodóntico que quedará por siempre inacabado e innecesario, fiel reflejo de su autor. Fraga, como su ciudad, nunca llegó a ser lo que quiso ser. Quiso ser demócrata mientras se proclamaba propietario de la calle y nadie se lo creyó; quiso presidir España y acabó en Galicia construyendo una ciudad fantasma. Quiso trabajar hasta el último día de su vida y  ahora lo convierten en pensionista. Eso sí, honrado hasta la muerte.

12 comentarios:

  1. El bombín le cae pequeño, pero con su gran cabeza no es de extrañar. Cabeza grande y gran cabeza, un tipo 'listo'....

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  2. Honrado sí, pero la imagen del bombín no se nos borrará de la cabeza en años.

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  3. Deberían aprovechar que Fraga se retira para que una de sus obras, ahora que la quieren reformar, la reformen de verdad.

    Yo si fuera la Constitución hubiera preferido ser adoptada, no tener ese padre.

    La foto de Palomares es impagable. No lo mejora ni Putin en sus posados veraniegos machotes.

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  4. Fraga me produce sarpullido.
    Fue ministro de la dictadura. Punto.

    Demasiado hermosa esa escena con esa canción de fondo para semejante personaje.
    Una para dedicarle sería ésta Había que tenerlos muy bien puestos para cantarla en vida de Franco. Un ¡bravo! para Nino, el de Aïelo de Malferit.

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  5. "Fraga se va como vino: viejo, honrado y en blanco y negro."

    Esa frase resume todo, xa ata sobra o resto do post, grande, Glub.

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  6. Viña poñer algo, pero xa o puxo Galizán. Pois iso.

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  7. Fraga me suena a pretérito, a televisor en blanco y negro y a poco más porque no tengo más recuerdos.
    Un hombre que no pudo nunca hacer lo que siempre quiso hacer, borrar su pasado.

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  8. Cordial saludo a todos.

    Solamente un segundo para decir a Gata que su propuesta ya ha sonado aquí hace poco, creo, aunque en versión Chaval de la Peca.

    Y otro a Phryne, adorable Guadiana.

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  9. Estupenda la foto, ni me acordaba que un día fue inglés. Ese bombin... mejor le quedaba la boina y poco la gastó.

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  10. http://www.youtube.com/watch?v=8TO9cMLsUCw

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  11. Gratísimos recuerdo me trae la mención de Segundo Mariño, seguramente si mi amigpo Santiago Méndez Lariño leyese esto, diría lo mismo.
    Extraordinarioo periosta, con una vocación total,mangífica persona y dueño de un humor único.
    D. Mnauel, en su pueblo, Fraga, en su última época, Fragata, como le decía un sucesor de corta carrera y Fraga Iribarne.como lo mencionaban ántes, quizás sea el mas incombustible del siglo XX.
    Pueden preguntarle al José Bono, nunca negará que fuéuno de los que lo animó a iniciarse en política.

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