lunes, 27 de febrero de 2012

El discurso de Krishnamurti


Cuando era un niño de apenas diez años, Jiddu Krishnamurti (1895-1986) fue elegido por la Sociedad Teosófica como futuro "Instructor del Mundo", una especie de Mesías que salvaría a la humanidad. Fue educado en Londres, por aquello de preparase para la gran tarea, formado como el futuro líder espiritual de la poderosa Sociedad Teosófica.

Se creó al efecto una secta de la que Jiddu K., con dieciséis años entonces, fue nombrado líder. Las donaciones empezaron a llover: un castillo en Holanda, millones a mansalva, tierras, casas... La secta, llamada 'Orden de la Estrella', llegó a tener más de 45.000 seguidores en todo el mundo que adoraban a su líder. Así llegamos a 1929, año en que Krishnamurti ya con la madurez de sus treinta y cuatro años debía ser investido como "Instructor del Mundo". Dieciocho años llevaban todos esperando el gran momento.

Ante tres mil adeptos y muchos más siguiendo arrebolados el solemne acto por la radio, el día señalado, Krishnamurti dejó a todos pasmados al pronunciar un discurso muy diferente al previsto: disolvió la 'Orden de la Estrella' y pidió a sus fieles que renunciasen a todo tipo de organización, asociación y liderazgo. Un discurso cuya lectura completa, que no lleva más de cuatro minutos, es perfectamente recomendable. Inmediatamente después de pronunciarlo, mandó devolver las donaciones millonarias, las casas, las tierras y el castillo de Holanda.
"Seguramente recordarán la historia, cuando el diablo y un amigo caminaban por una calle y vieron frente a ellos cómo un hombre se detenía y recogía algo del suelo, lo miró y lo guardó en su bolsillo. El amigo le preguntó al diablo: "¿Qué recogió ese hombre?". "Recogió un trozo de la Verdad", le contestó el diablo. "Eso es entonces mal negocio para ti", dijo su amigo. "Oh, no, en absoluto", replicó el diablo, "voy a dejar que la organice."
Jiddu Krishnamurti dedicó el resto de su vida a dar charlas recomendando a sus oyentes que, ante todo, aprendieran a tener criterio propio y a no crear jaulas mentales en las que encerrarse.

15 comentarios:

  1. Gracias, anónimo, por tu amable comentario, que suprimo como hago habitualmente con todos los tuyos hasta que aprendas a escribir la palabra "Pontevedra". En Diario de Pontevedra, por cierto, no me han dicho lo que puedo o no puedo publicar. Eso en cuanto al texto. En lo referente al vídeo, el Diario no publica vídeos, imagino que porque todavía no existe una tecnología que permita que un vídeo se vea sobre un soporte de papel.

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  2. Sorprendente entrada...Me ha dado gustirrinín leer algo así, mira; discurso incluido, aunque está escrito en iluminatti (o es que es la traducción), la idea está clara.
    No sabía nada de este hombre.
    Últimamente estáis todos muy filosóficos. Lo mismo es que se avecina algo, o es la aceleración esa del universo...
    Insuperable el vídeo, así es que, no busco nada.

    (En otro orden de cosas: ¿Puedes averiguar algo de Tareixa?. Está missing total, y no es de las que no se despiden...)

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  3. Gracias, Gatiña. Esperemos que no se avecine nada malo.

    A partir de ahora se admiten canciones subtituladas en español, portugués, valenciano o gallego).

    Lo de Tareixa es un misterio. Manuel (Galpón das Choivas) intentó localizarla para quedar con ella el día de los martinis y no hubo manera. Hace algunas semanas que no pasa por aquí, ni por Galpón, ni por el blog de M. Espero que pronto dé señales de vida. Se la echa de menos.

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  4. Ostras con el Krisnamurti, qué tío tan majo, creo que me va a interesar.

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  5. Sorprendente e interesante entrada, a partes iguales, amigo. Ha dado usted muestras de una versatilidad poco frecuente. Acostumbrado como está uno a preparar y engullir comida rápida, este plato hay que bajarlo despacio (y con un chupito).
    Lo de Tareixa... ¿cuál es el protocolo bloguero en estos casos?.

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  6. Gracias por la visita, Sonja. La verdad es que lo más admirable del personaje, en mi opinión, es este discurso y el hecho de haber renunciado a una posición de superioridad en la que no creía. Por lo demás, es demasiado espiritual para mí, que no soy de grandes profundidades.

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  7. Manuel, un millón de gracias.

    Sobre Tareixa, no sé cuál es el protocolo, si es que lo hay. Supongo que tener paciencia y esperar a que Tareixa aparezca es una opción. Si no vuelve pronto, llamaremos a la policía para denunciar su desaparición. Como dice Gatiña, no es de las que se van sin avisar. Si nos lee, que sepa que la adoramos.

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  8. Bueno yo adorarte, adorarte... No, Tareixa.
    Es que extraño no poder llamarte ¡perra!

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  9. La muy perra ha aparecido por el blog de Manuel.
    Ya puedo dormir tranquila.
    So perra!!!!

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  10. Perdón por el alboroto causado, Cota. Ni imaginaba tanta preocupación.

    Pero qué carallo tengo que disculparme si el susto lo tuve yo.

    Hala, ya pasó. Al lío.

    Esta entrada me gusta mucho, no sabía nada de ese señor, tuve que tirar de la wiki para saber mas. Interesante personaje y muy buena la anécdota. Siempre pensé que la verdad nos hacia libres y tal y tal, pero no, parece que nos puede llevar al caos.

    Reflexionaré sobre ello. Un día, hoy no.

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  11. Tareixa, mujer, ya estuve en Galpón leyendo de lo tuyo. Me alegro de que todo haya salido bien. Nos tenías en ascuas, así que el regocijo por tu vuelta es inmenso.

    Tremendos bicos. A ver si un día nos tomamos una caña, mejor antes que después.

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  12. Te dejé recado en tu correo, el que entiendo que está en tu perfil. Como no me arreglo mucho en estas cosas, espero que pese a todo lo recibieras. También escribí a gatiña.

    Pues eso. Una caña, mejor pinta, pero de verdad, nada de meo de gato ni tonterías inglesas de ginc-tonic. Nos hablamos.

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  13. Gracias, Teresa. Recibido, contestado y reenviado a Manuel, según tus instrucciones.

    Nos hablamos y tomamos esa caña de verdad.

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