lunes, 24 de septiembre de 2012

Charangas



Tras el grandioso pregón de Xabier Fortes empezó la fiesta con el infernal y disonante chirriar de las charangas, que deberían estar prohibidas. Yo comprendo a los antitaurinos cuando dicen que la tortura no es arte ni cultura. El lema podrá aplicarse a los toros, pero sin ninguna duda también a las charangas, pero claro, los activistas se esconden para según qué causas, por nobles que sean. No se me ocurre causa más noble que la lucha contra las charangas, pues si está mal torturar a un bicho indefenso, mucho peor será, digo yo, torturar a medio centenar de personas que están tranquilamente tomándose una caña en una plaza sin meterse con nadie y viene una charanga a joderles la vida.

Nunca he visto a un grupo de activistas salpicando con sangre de ternera a los miembros de una charanga, que lo merecen tanto como un torero, que ya hay que tener mala leche para pasarse todo el año ensayando sabe Dios cuántas horas a la semana para salir con una camisa de flores a estropearte las fiestas y aun por encima decir que lo hacen para animarte. Para mí las charangas son tan dañinas como el tráfico de armas o la esclavitud infantil. Ya está. Alguien tenía que decirlo.

Y si hay destacados miembros de todo signo político en el lobby taurino también alguno hay en el de las charangas y eso también hay que denunciarlo. Pablo Fernández, concejal del PP toca el saxofón en una charanga. Que lo sepa todo el mundo. Si ya de por sí el saxofón es un instrumento absurdo, mucho más lo es tocarlo en una charanga, como si no hubiera cuartetos de jazz. Si no os votaron en las últimas elecciones te jodes, tío, pero la manera de arreglarlo no es metiéndote en una charanga a tocar el saxofón, que lo único que consigues es el odio del pueblo al que representas. Luego os preguntáis por qué no podéis con Lores. Pues por cosas como ésta, hombre, por cosas como ésta. “¿Ése que está tocando los cojones con el saxo no es el Pablo ése que es concejal del PP? Pues lo va a votar su padre”.

Que yo recuerde, el único que ha tocado el saxofón con cierta dignidad fue Gaby, y no se metió en una charanga, sino en un grupo de payasos y eso le otorgaba alguna credibilidad, pues parecía coherente que un señor tocara el saxofón mientras sus hermanos Fofó y Miliki nos anunciaban que la gallina Turuleca había puesto una serie de huevos, nueve en total,   y no le dejaban poner el décimo por motivos jamás aclarados. Eso tenía sentido.

Esta era la columna que tenía preparada para el Diario de Pontevedra durante la semana de las fiestas de la Peregrina. La desafortunada paliza que recibió el fotógrafo Rafa Estévez me tumbó este texto. 


5 comentarios:

  1. De acuerdo en lo de Gaby, el mas serio y elegante de los payasos de la tele y pobre de la gallina, nunca había analizado con profundidad la letra y, efectivamente, alguien, y no sabemos quien ni porqué, no la deja poner su décimo huevo. Pobre bicho.
    No obstante, reconozcamos que el sonido agudo de una gaita cerca del pabellón auditivo puede ser ensordecedor, y un grabación de gaita a todo volúmen, desde el piso de al lado durante un fin
    de semana puede hacer enloquecer al mas cuerdo.
    El saxo es mas suave y musical.

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  2. Tremenda columna, que viene a probar que la pasma siempre reparte a destiempo. Lo de la gallina turuleca ha quedado tremendo. Rogaría al cuerpo de policía que se dignase no interferir con la exhibición de exhibiciones como la presente.

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  3. Santano, ya era hora. Tiempo sin pasar por aquí. Espero que no tengas un vecino gaiteiro. Ni saxofonista, por muy suave y musical que te parezca.

    Apertas.

    Gracias, Manuel, por dejar el tono melancólico que te traes esta semana en tu Galpón para pasear por aquí.

    Apertas tamén.

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  4. Le entiendo señor Cota pero no te hay fiesta sin charanga ni niño pesado que arañe una guitarra, eléctrica (ainda peor) como en mi caso y en mi casa. Casi que prefiero a un vecino saxofonista

    Les aclaro después de arduas investigaciones que la gallina no puso su décimo huevo porque que no la dejaron, está escrito:

    Coro
    La gallina turuleca,
    ha puesto un huevo....

    ¿Dónde está esa gallinita?
    Déjala, la pobrecita,
    déjala que ponga diez


    Y respecto a la absenta, intenté averiguar adentrándome sin disimulo en lineas enemigas durante un concierto que organizaron los infieles pero me despacharon sin miramientos

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  5. Creo que hay un grave error, yo también escuché la canción y decía claramente:
    Apuestó un huevo, apuestó dos, apuestó tres....
    Sin duda, la susodicha ave era ludópata y terminó en algún casino o bingo apostando ´´a futuro´´, como sin duda hicieron otros muchos en este país.
    Mal vicio ese de apostar.

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