Por Manuel Pérez Lourido
Las
lenguas poseen una importante capacidad de mutación semántica que a
veces proporciona hallazgos harto gozosos para quienes sepan paladear
un término en lugar de devorarlo a mordiscos en el medio de una
oración que hace las veces de sandwich. A mi me tiene sobrecogido
desde hace tiempo el vocablo impepinable. Cómo ha llegado a
convertirse en sinónimo de ineluctable en su vertiente más popular
y dicharachera (figura en el diccionario de la RAE como coloq.)
es algo que me sulibeya (y no pidan que consulte si esto también
figura, porque ya les digo yo que no, y perjúmenes tampoco).
Esta palabra, que podrían ser dos si eres natural de Ubrique y
torero, tiene mucha más fuerza que cualquier otra similar o
cualquier frase que pudiésemos utilizar en el mismo contexto.
Contundencia, efectividad. Más que una palabra parece el delantero
centro ideal. Ahora bien, llama poderosamente la atención que no
haya alcanzado la misma suerte este témino privado de su prefijo.
Nadie dice: “Es pepinable que la selección de fútbol gane su
cuarto título consecutivo”. “Está un poco nublado, es pepinable
que va a llover”. Y eso no es justo señores, si admitimos una voz
no hay por qué privar de existencia a la otra. Da igual cuál
llegara primero: admitida una tendría que ser impepinable la
admisión de la segunda.
Después está el tema de los pepinos, escabroso donde los haya. A
usted lo pillan en el super con un buen pepino en la mano y si hay un
móvil con su cámara por allí cerca, por la tarde puede tener a
media ciudad riéndose de usted en el facebook. Los pepinos los carga
el diablo, que a todo el mundo se le ha escapado la risa floja alguna
vez al darle vueltas a uno y eso es porque tenemos la mente enferma,
que no estamos a lo que hay que estar... En cambio los pepinillos son
mucho menos amenazadores, mucho más simpáticos y te los puedes
llevar envasados. Se registró hace un tiempo un intento (frustrado)
de hacer triunfar la expresión flipar pepinillos. Es evidente
que el término flipar, ampliamente sobado, era un lastre para
éxito de la propuesta.
Empezar a hacerle caso a lo que nos sobrecoge, aunque sean letras
adosadas para formar un hermoso vocablo, espero que no les haya hecho
a ustedes flipar demasiado (o sí, depende).
Flipar, según la R.A.E.: (del ingl.amer. to flip, agitar,
sacudir).
1.intr.colq. Estar bajo los efectos de una droga.
2.intr.colq. Estar o quedar entusiasmado.
3.intr.colq. Agradar o gustar mucho.
Lo
cierto es que todos tenemos una o varias palabras favoritas, vocablos
que nos sirven de amuleto
cuando
las circunstancias lo requieren, pues poseen la virtud de obnubilar
nuestra sesera serenando de paso nuestro ánimo. Recuerdo a Felipe
González repitiendo Por consiguiente y
a Aznar encasquillado en el Mire usted.
A Anguita le molaba repetir Programa y
don Manuel farfullaba algo incomprensible. ¿Se imaginan a alguno
explicando en ruedas de prensa, una y otra vez, que tal o cual
tesitura es impepinable?. Fliparíamos.
La primera vez que escuché eso de impepinable, salí corriendo a buscar en el diccionario envuelta en llamas y arrojando cenizas sobre mis cabellos ( entiéndase que de aquella no llevaba la wikipedia y el ordenador debajo del refajo) Y lo discutí como el FMI discute acalorado a qué`pais hacer la puñeta, que tal palabro no existia ni nada queria decir. Pero cuidadito, que ora alguien te dice eso es impepinable y ya no hay más que añadir que mi frase favorita: "está a morrer xente que nunca morrera"
ResponderEliminarSignificado de "impepinable":
impepinable adj. col. Inevitable, que no admite discusión por ser evidente:
su superioridad es impepinable, está claro que ganarán ellos.