martes, 20 de agosto de 2013

MOURINHO VS RONALDO



Por Manuel Pérez Lourido


De entre todos los asuntos que ocupan la presa realmente seria, o sea, la deportiva, los periodistas han destacado estos días un rifi-rafe dialéctico entre el futbolista conocido como Cristiano Ronaldo y su ex-entrenador, el cantamañas conocido como José Mourinho. Es la primera vez que le llamo a Mou cantamañas, pero también es cierto que ha dejado de entrenar al Madriz. Es lo que tiene la forofobia.
Mourinho dijo en rueda de prensa que había entrenado a los mejores futbolistas del mundo, y citó a Ronaldo (el brasileño) para decir luego “el auténtico Ronaldo”. Al falso Ronaldo esto no le sentó nada bien pero para hacer honor a su nombre de pila se limitó a decir que no hablaba sobre “esa persona” sin que se le moviese un solo pelo de tupé, algunos dirán (acertadamente) que por culpa de la gomina. No se comprende que ninguna empresa del ramo de fijadores y brillantinas no haya contratado a este chaval para hacerlo santo y seña de la marca. Lo de santo lo tenían a huevo con su nombre.
Mourinho ha sido anegado por ríos de tinta desde su llegada al Real Madrid. En la ciudad condal se pusieron las caras perdidas con la pinturas de guerra nada más aterrizar el luso en Barajas y, después de la agresión a Vilanova, aquello fue el acabose. Algún ordinario hasta puso una denuncia ante la justicia ordinaria.
Pero como todos los asuntos serios e importantes de esta cosa de plexiglás que convenimos en denominar realidad merecen un análisis, nos detendremos un instante para analizar la razón última de este “desencuentro”, como diría un remilgado, entre los dos multimillonarios portugueses. Y menos de un instante es lo que hace falta para dar con el quid de la cuestión: un choque de egos. El ego es una especie de gas que si no haya espacio en un recinto determinado que ve reducido su volumen útil por tener que albergar otro gas similar termina por producir una explosión. Así contado parecería una guerra de cuescos. Pues ni tan mal traído.
Mourinho se quejó en su día, que no es fácil saber cuándo pues se quejaba todos los días, de que el falso Ronaldo “creía saberlo todo”. Parece ser que el futbolista puso los morros hasta el desagüe y el grito hasta el cielo tras un partido en el que, pese a haberlo dado todo (como siempre hace, por otra parte) cometió el error de no bajar a defender en las postrimerías del partido, por los que fue recriminado en el vestuario. Lo que se hace en el Camp Nou con Messi cuando anda flojo, vaya.....
Hombre, cualquier entrenador, incluyendo los sordomudos, sabe de que pie cojean las megaestrellas del fútbol, y Mou bien pudo haberle enmendado la plana en otro momento, con el horno apagado. Pero Mou es de los que tienen que dejar claro quien manda y, si bien es cierto que no se achantan ante ningún crack, a veces la cosa hace crack por esa forma de ejercer el poder. Que se lo pregunten a Casillas, ganador del pulso más mediático de la historia.
Ahora que ya les ha quedado todo claro, podemos dormir tranquilos.





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