Si ya has seguido todos los pasos anteriores y has encontrado al corrector adecuado, aún hay un par de cosas que has de tener en cuenta antes de encargar el trabajo. En primer lugar, jamás contrates a alguien que te pida todo el dinero por adelantado. Nunca sabrás si concluirá el trabajo, si cumplirá con los plazos de entrega estipulados, si cambiará todas las condiciones acordadas.
Es importante insistir en una cosa. Tú debes saber quién es tu corrector. Pídele un número de teléfono, una cuenta de correo electrónico y, si lo consideras necesario, una copia de su DNI. Desconfía de quien se niegue a darte esos datos. Por tu parte, tú sí puedes ocultar tu identidad. El corrector tiene maneras de garantizar tu pago, como veremos a continuación.
Es normal, sobre todo si el corrector no conoce tu identidad, que te pida una cantidad por adelantado. Pongamos un 10 ó un 15%. El resto de los pagos pueden acordarse en varias entregas que se concretarán antes de nada, y que tú irás haciendo efectivas a medida que el trabajo avanza. Lo mejor es que se acuerde el pago en tres o cuatro entregas. De esa manera, si tú no cumples con los pagos él podrá interrumpir el trabajo. Por eso no hay necesidad de que tú te identifiques.
Los correctores tienden a pensar (y conozco a unos cuantos), que son ellos los que hacen un favor a sus clientes. Existen un par de asociaciones de correctores de textos. Yo nunca he querido pertenecer a una de ellas por un motivo. Defienden sus intereses (y hacen bien), pero no he visto jamás una sola mención a la calidad del servicio que se presta, a la preocupación por los intereses del autor. Mala cosa.
Es importante que trates con el corrector la reserva de una cantidad que será abonada al final. De la misma manera que es lógico que el corrector pida un anticipo antes de comenzar, debe fijarse una cantidad igual o similar que no se ha de pagar hasta el final. Pasamos a exponer el porqué:
El proceso de corrección no debe terminar cuando el corrector hace su última entrega de texto. Es necesario, una vez que la obra está corregida, hacer una última lectura. Eso debe hacerlo tanto el corrector como el propio autor. Puede que se haya deslizado un error, puede que detectes una frase que rompe la línea argumental o la congruencia estilística. Toda obra, por muy corregida que esté necesita un pulido final. Y sólo tendrás la garantía de que el corrector cumplirá con ese último retoque si dejas una cantidad pendiente. Todo ello, desde luego, debe formar parte del trato previo.
Es necesario que todas estas condiciones se pongan por escrito. Nunca borres, hasta que todo el proceso haya finalizado, los correos que hayas cruzado con tu corrector. Y no está de más que redactes un contrato en el que se detallen todos los términos del acuerdo. En ese caso, debes entender que él te pida una identificación, necesaria en todo contrato. Puedes incluir también una cláusula de confidencialidad si eres de aquellos autores que no quieren reconocer una intervención ajena en tu obra, algo que parece totalmente lógico. Si tu novela, como esperamos, se publica y se vende, nunca querrás que el día de mañana salga un corrector afirmando que tu éxito se debe a él, algo que por otra parte, sería incierto en gran medida.
La relación autor-corrector debe ser una relación de confianza, sobre todo de la confianza que deposita el autor en el corrector, y eso es algo a lo que un corrector experto está acostumbrado. Por eso es su obligación ofrecer todas las garantías que solicite su cliente y entender que lo que el autor le está confiando es una parte de su vida. Debe garantizar que será tratada con cuidado y, sobre todo, con respeto.
Creo que, en líneas generales, hemos resuelto ya todas las cuestiones importantes, salvo el precio.
Los correctores no deben tener una tarifa única. Lo habitual es que pidan una cantidad fija por palabra, o por página, aunque los más meticulosos cobran por caracteres. Yo, para facilitar las cosas, suelo fijar una cantidad por página, calculando una aproximación de 380-400 palabras por página, que es lo habitual en páginas de libro impreso. Prefiero presupuestar cada encargo por separado, tras una primera evaluación en la que calculo la carga de trabajo. Pero para que tengas una referencia, el precio para una corrección completa (ortotipográfica y de estilo), debe rondar unos 2.50 ó 3 € por página. Todo lo que pase de 3.5 es caro, a no ser que el trabajo lleve una carga añadida, como el ser presentado en papel. Todo lo que baje de 2.50, salvo excepciones, suele ser la oferta de un mal corrector o de un corrector inexperto.
Si entiendes que alguna preocupación no está resuelta o tienes alguna pregunta sobre el asunto, no dudes en contactar.
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