Bach y José Luis Rodríguez, El Puma.

Nuestro personaje de la izquierda no parece muy diferente del de la derecha. A pesar de la diferencia temporal, ambos lucen peinados similares. Yo prefiero al de la izquierda, pero eso no me convierte en mejor o peor persona. Ni me hace más culto, algo sobre lo que muchos podrían disentir. ¿Es mejor Bach que "El Puma"? Personalmente, supongo que según para quién. El Puma, estaremos de acuerdo, da mucho más juego en una noche de fin de año, sobre todo a partir del sexto cubata, momento que no parece muy propicio para bailar al son de un réquiem. Los dos exhiben sonrisa, la de la derecha acaso más propia de quien no es muy dado al ensimismamiento, dato que nos confirman sus ojos entornados. Una fotografía de cuerpo entero nos podría indicar si, tal como parece, "El Puma" se encuentra en plena disposición de iniciar un rito de apareamiento. Por su parte, el de la izquierda se nos presenta como más formal. La partitura que exhibe nos demuestra que era un hombre preocupado por su obra, acaso uno de los Conciertos de Brandemburgo o su Magnificat.

¿Por qué unir a dos personajes tan diferentes?

A mí me obligaban a leer a Lorca. Yo prefería a Ibáñez, el autor de Mortadelo y Filemón, a quien tenía que leer a escondidas. Pasados los años, sigo prefiriendo a Ibáñez. Ese es el drama, el de tener que elegir.

Para mí, Bach e Ibáñez. ¿Habrá alguien que prefiera a Lorca y El Puma? Yo sé que sí. Si eres un@ de ell@s, no lo ocultes. Muéstrate.

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