"Una señora, natural de Pontevedra, de edad de 30 años y temperamento sanguíneo-nervioso, buena constitución (...)"La chica acudió al médico tras notar "un tumorcito duro e indolente", y el médico decidió operarla. Esto sucedió en Salamanca el 20 de septiembre de 1850. Pasada la época del éter el cloroformo ganaba terreno, y éste fue el anestésico utilizado por Emilio Lorenzo Pérez, que así se llamaba el facultativo. La operación, narrada en primera persona por el cirujano, se desarrolló según lo previsto y en siete minutos el tumorcito duro e indolente quedaba extirpado a satisfacción de médico y paciente. La historia no daría mas de sí, pero Emilio entonces decidió anestesiarse a sí mismo, y ahí otorgó a Pontevedra un gran honor: el de ser cuna de la última mujer operada antes de surgir el primer anestesista colgado de la Historia de España.
El tío comunicó su decisión a los presentes:
Y ahí se colocó el médico. Describe luego sus sensaciones:
"(...) habiendo leido y oido hablar con variedad acerca de la accion anestésica del cloroformo, me decidí despues de operar á la enferma á inspirarlo y en pie, advirtiendo á mis amigos y compañeros que me cogieran en el instante de hallarme completamente cloroformizado."
"Sentí una sensación intensa en todo mi cerebro (...) continué en las inspiraciones á pesar de que ya no podía tenerme en pie. (...) El estado en que me hallaba tenía algo de imaginativo é ilusorio."Y no conforme con eso, Emilio Lorenzo acaba con una declaración de intenciones que podemos interpretar como una firme decisión de engancharse a los anestésicos:
"Por mi parte, aprovecharé cuantas ocasiones se me presenten para aclarar las dudas que ofrece la ciencia en la debatida cuestión de la utilidad ó inutilidad de los llamados agentes anestésicos."Que es una manera de decir: "en cuanto tenga ocasión me pegaré un pelotazo de cloroformo". El caso lo conocemos gracias a la "Gaceta Médica", un periódico especializado en medicina y cirugía editado en Madrid.
Te dejo con "Enfermera de noche" por La Mode.
Como Freud con la cocaína. Muy buena la entrada.
ResponderEliminarOye Rodrigo, si mal no recuerdo, leí un artículo tuyo que ya hablaba de la compra del vino en Pontevedra por las tropas españolas.
ResponderEliminarCreo que tienes que reclamar el copyright de esta noticia:
http://www.lavozdegalicia.es/sociedad/2010/03/12/0003_8349776.htm
ya quisieramos muchos anestesiarnos los sábados a la noche como haciamos de solteros
ResponderEliminarHola, Maje. Estuve de visita en tu web. Tendré que aprender ingés, hija, a quién se le ocurre. ¿Quién lee una web en inglés? Nadie sabe leer eso. El vivir en Londres no te da derecho. Gracias por tu comentario, sólo por eso ya te mereces nuestro perdón. Date una vuelta por aquí de vez en cuando.
ResponderEliminarCésar, a ver si se acaban de una vez los temblores, que nos traes a todos acojonados. En las fotos se ve a Evo Morales temiendo que el cielo se desplome sobre su cabeza. Nuestro príncipe, que tiene más práctica, sabe disimular. En cuanto al vino, el de Chile también tiene fama, ya nos contarás si merecida. Cuídate.
Yo cuando me vine ya me temía que Londres tenía que ser malo para la salud mental. ¡Me engañaron!
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