jueves, 3 de junio de 2010

Guardiola y Mourinho. Una historia de amor.












El flechazo surgió aquella tarde en el Camp Nou. Una mirada de banquillo a banquillo que se alargó apenas una fracción de segundo más de lo habitual y que rompió la concentración de los dos hombres. Al finalizar el partido, un saludo, un apretón de manos que se convirtió en una leve caricia inapreciable para los objetivos de las cámaras de televisión. Solamente ellos dos se dieron cuenta de lo que acababa de suceder, y un estremecimiento recorrió ambos cuerpos. No se dijeron nada entonces.

Durante los días suguientes, Mou pensaba en Pep y Pep en Mou. Que uno de los dos diera el primer paso era apenas cuestión de tiempo. Fue Pep quien llamó a Mou. La excusa fue lo de menos, y la conversación banal. Apenas unas frases intercambiadas por dos hombres enamorados que querían escuchar la voz del otro. Mou devolvió la llamada poco después, cuando ya no pudo resistir más el dictado de su corazón. Tras esa segunda llamada vino una tercera, y luego una cuarta, y otra, y otra más...

Así, el amor fue declarándose durante semanas, sin prisas, con una lentitud deseada.

- Me gustaría verte -dijo Pep en una ocasión.
- Te echo de menos -dijo Mou varios días después.
- ¿Me llamarás mañana? -preguntó Pep.
- Te quiero, Pep.
- Te quiero, Mou.

Por fin consiguieron acomodar sus agendas para encontrarse en un chalet, frente a una cala secreta. Tres días en los que se amaron, dulcemente primero, con pasión desatada después. Se dijeron muchas cosas, abrieron sus corazones; bebieron cava desnudos en la arena y juguetearon con las olas, salpicándose uno al otro como dos chiquillos. Mou pelaba gambas para dárselas a Pep en la boca, y Pep susurraba canciones al oído de Mou. Mou regaló a Pep una sortija de diamantes y Pep a Mou ua pulsera de oro. Antes de despedirse, decidieron hacer público su amor (eso fue un error). Nada tenían de qué avergonzarse, nada que ocultar. Eran dos personas enamoradas y el amor no obedece a razones.

Ante la perpleja mirada del mundo entero, en el partido de vuelta Pep y Mou comparecieron en el césped del Santiago Bernabéu cogidos de la mano y se besaron antes de acudir cada uno a su banquillo. La hostilidad de las aficiones se hizo patente desde ese mismo instante. No era homofobia -que también- sino una opinión unánime de que aquel amor era imposible.

Tras el previsible despido de ambos entrenadores, llegaron los reproches, y con ellos la inevitable ruptura.

- Te odio, merengue de mierda.
- Que te den, culé hijo de puta.

Ninguno de los dos supo sobreponerse. Las drogas, las malas compañías, la autocompasión...

Mou se suicidó en aquel mismo chalet, frente a aquella cala mediterránea en la que había amado a Pep. Tres días después, Pep apareció muerto en la habitación de un sórdido motel. La autopsia reveló que por su sangre corrían seis gramos de heroína.

15 comentarios:

  1. Nada dice el relato sobre la opinión sobre esta relación de sus padres, Joan y Florentino. Imagino que sintieron una terrible envidia, ellos tambien sienten lo mismo, pero al ser floren Español....... Joan no puede con eso.

    ResponderEliminar
  2. jajaja, que hisoria tan romántica y que triste es el final, eres un crack.
    XDDD

    ResponderEliminar
  3. Aquí nunca se aburre una, buena historia, Rodri, eres grande. Estoy con Lara, un final tristísimo, me dan pena los dos pero sobre todo Pep. Parece tan bueno...

    Bolinga, no creo que entre Florentino y Joan se pudiera dar un romance tan intenso.

    ResponderEliminar
  4. ¿Nacerá en la vida real una relación Mou-Guti?

    ResponderEliminar
  5. todo puede pasar en esta vida incluso esa historia de amor imposible. lo que no se es quien entrenara a los dos equipos después de esto. como merengue no quiero ni imaginarme algo asi

    ResponderEliminar
  6. Tierno y encantador, ¿basado en hechos reales?
    Rodrigo, no sabía que ahora te dedicabas a escribir guiones e historias para Telenovelas al estilo Boris Izaguirre, sinto no aplaudir el giro que estás tomando artísticamente.
    La canción si la considero excepcional, quizás mi única queja al respecto es que el de bigote (No sé si es Richy o Povery), casi no sale y es con el que mas me identifico por el bigote y la nariz, ambos casi iguales a los que uso yo.
    Espero que no sea una historia de muchos capítulos y no interfiera en el normal desarrollo de ´´El Tubo de Mirar´´. Este último si es innovador, artístico, emocinante y necesario para mí.

    ResponderEliminar
  7. Tio que bajada de nivel.

    ResponderEliminar
  8. No estoy de acuerdo con el último anónimo. Lo que sería un micro-relato más que aceptable, se convierte en un texto humorístico por la simple ocurrencia de poner a los protagonistas los nombres de dos personajes púlicos, antagónicos y relacionados con un mundo como el del fútbol en el que la homosexualidad es un tema tabú. Así el texto pierde su caracter romántico y trágico y adquiere un tinte totalmente diferente.Eso se llama versatilidad y dominio de técnicas narrativas.

    ResponderEliminar
  9. Y añado, como conclusión: un ejercicio estilístico muy bien resuelto.

    ResponderEliminar
  10. Glub, como ves hay división de opiniones que en los tiempos que vivimos, puede ser aceptable. ZP, por ejemplo, sufre de la misma situación, hay quienes piensan que es totalmente gilipollas, otros piensan que es un inepto egocéntrico y quienes suman ambas.
    Mi humilde consejo: deja las telenovelas, vuelve con entusiasmo a los temas que abordabas antes, con la inteligencia y picardía de la que has hecho gala en tantas ocasiones.
    Un tropiezo, lo tiene cualquiera, no es grave, dos, tambien : Tropecé 2 veces con la misma mieeeerdaaa, en cuestión de amores ....3 ya no se perdonarían facilmente y mas....prefiero no pensarlo.
    Recapacita, estás a tiempo de reconducir las cosas.
    Por curiosidad: ¿en esa pareja, quien tomaba el rol de macho y quien de fémina?
    La muerte de Pep, por sobredosis ¿no tenía connotaciones futbolísticas queriendo representar a Maradona ´´O Rey do Nariz´´?

    ResponderEliminar
  11. Gracias a los anónimos, y a los de siempre, por vuestras opiniones. Santano, esta vez no sé si has trasnochado o te has levantado temprano. Quiero hacerte ver las bondades de un culebrón. Los culebrones son en sí mismo un género inconfesable para quien los sigue. Enganchan, pero no se puede reconocer. Tú mismo, por ejemplo, me aconsejas que los abandone (quizás lo haga temporalmente) pero acto seguido me pides detalles. Generan curiosidad. No puedes reconocer que te gustan, pero te gustan. Esa es una de las características del culebrón: quieres saber cómo continúa. Uno ve un culebrón, luego se va de copas con un amigo y habla de todo menos de ese culebrón cuyo siguiente capítulo está deseando secretamente ver.
    Anónimo de las 02:49, creo que exageras, pero en la misma medida en la que exageran los que han criticado mi post, o sea que ofreces un justo punto de equilibrio.

    ResponderEliminar
  12. Lo sé, Lo sé. Ya me enganché, si, es como cualquier otra adicción, Ludopatía, Narcóticos, Alcohol.
    ¿Como se nos llama a los adictos a los culebrones?Culebrópatas, Culebroadiptos, Culébricos?
    Se recomendará la Terapia de Grupo, tendré que asistir el resto de mivida a reuniones en la que hablaremos los afectados por nuestra adicción para darnos ánimoy fuerza unos a otros.

    ResponderEliminar
  13. A todo lo dicho anteriormente añadiría que rodrigo puede escribir de lo que le salga del pene, que para eso es su blog!!!! Dicho lo cual, yo personalmente me he reido un rato largo.

    ResponderEliminar