lunes, 15 de noviembre de 2010

Honor y duelos


Por Jano/Cota

En otros tiempos, hasta bien entrado el siglo pasado, el honor era una cualidad necesaria para andar por la vida. Hoy la única persona en el mundo que recibe el título de honorable es el President de la Generalitat de Cataluña, pero es un tratamiento que no tiene por qué obedecer a una realidad. En estos tiempos que tu cuñado sea una persona honorable es lo de menos. Es más importante que tenga una X-Box si lo que quiere es ganarse tu aprecio.

Las cuestiones de honor se resolvían regularmente con la celebración de un duelo. Existía todo un código que regulaba los tipos de duelo, cuestiones que se resolvían con la mediación de padrinos para fijar las normas por las que había de regirse la disputa: a sable, a pistola, a primera sangre, a muerte y así.

La parte que se consideraba ofendida era la que retaba al ofensor. Al principio lo abofeteaba, pero con el paso del tiempo ese acto evolucionó en el más simbólico de arrojar un guante a su cara. El que era retado tenía dos opciones: aceptar el desafío o caer en un deshonor perpetuo, que era peor que la propia muerte. Por otra parte, el vencedor del duelo era considerado como un héroe en todo caso. De alguna manera, si ambos salían vivos del duelo, su honor quedaba restablecido y el asunto se consideraba zanjado  a satisfacción de ambas partes.

A principios del S. XVI el caballero gallego Alonso de Sotomayor, hijo de Pedro Madruga, fue muerto en duelo por el famoso Bayardo. Bayardo había hecho prisionero a Alonso. Tras su liberación, el gallego fue por ahí diciendo que Bayardo no lo había tratado con la cortesía debida entre caballeros. Enterado Bayardo, retó a un duelo a Sotomayor. Los dos, que eran muy chulos, cometieron la imprudencia de emprender la batalla con las viseras de sus cascos levantadas, lo que concedía un plus por valentía. Y por asuntos tan nimios como ese, la gente se jugaba la vida.

Hoy no hay duelos. No porque sean ilegales, pues hay muchas otras cosas que son ilegales, como bajar la basura antes de las diez de la noche y la gente lo hace igual. No hay duelos porque a todo el mundo le importa un huevo su honor. Ya no sirve para nada. Valle-Inclán, que era pobre de solemnidad se vio envuelto en varios duelos. Por eso, sus apuros económicos eran lo de menos. Era considerado un hombre de honor, y en su época eso era más importante que el dinero. En estos tiempos de crisis en que nadie tiene un duro, tampoco nos queda el recurso del honor. Es como un mechero sin gas, que da lo mismo tenerlo que no tenerlo porque no sirve para nada.

Curiosamente, las únicas personas a las que les importa su honor son gente como Belén Esteban, Junior o Maite Zaldívar, que inundan los juzgados de la Plaza de Castilla de denuncias contra gente que atenta contra su honor, como si lo tuvieran.  Esos sí que deberían ser obligados a enfrentarse en un duelo a muerte: "Isabel Pantoja muerta por Dinio en un duelo con sables". Imaginemos las audiencias.

15 comentarios:

  1. A estos, la Esteban, la Zaldivar y demás, tampoco les importa el honor, solo sacarle la pasta al que habla de ellos. Nunca les he visto declarar que todo lo que han sacado por la defensa de su honor se lo han cedido a una ONG.

    Hoy en día hay duelos pero no como los de antes, son con la Wi, la PS2 o la XboX. En lo único que son diferentes es en que no hay sangre por medio.

    Lo de pobre de solemnidad es buenísimo, hacía años que no lo escuchaba.

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  2. Antaño tambien se producían suicidios por honor, en muchos casos por no poder satisfacer una deuda contraída con un tercero.
    Hoy en día hay puferos por cientos y en vez de ver lastimado su honor, caminan por las calles felices y esperando ser seguidos por un número de variopintos guardaespaldas uno vestido con un Frac,otro disfrazado de la Pantera Rosa, uno mas de monje y así hasta una docena de curiosos elementos que lo acompañan a cafeterías, bares, cines etc.
    Tes razón, como cambian as cousas.

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  3. Deudas hoy día las tiene todo dios, pero los que antiguamente se suicidaban por no poder pagar una deuda no eran técnicamente puferos. Pufero es el que teniendo dinero para pagar no lo hace, esos también los había y no eran los que se suicidaban. Si todos los que tenemos deudas y no las podemos pagar nos suicidáramos no quedaría casi nadie vivo sobre la faz de la tierra.

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  4. PHRYNE, a falta de cava celebramos tu visita con cerveza.

    Coco, qué razón tienes.

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  5. Si los que me deben pasta me pagaran podría pagar al menos la mitad de mis deudas.

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  6. Estoy de acuerdo con Coco. El post es brillante, hace pensar.

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  7. Lo curioso del caso es que el vigente código penal sigue contemplando a la injuria y a la calumnia como los delitos típicos "contra el honor".

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  8. Estou con PHRYNE. No mundo do famoseo haiche moito yeyé. E con Coco tamén. Non é o mesmo un debedor que un pufero. Eu vou agogado en débedas, como todos.

    Cada vez me gustan mais estas colaboracións Jano-Cota. Adiante con elas.

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  9. Feeeeemiaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!

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  10. Lara: qué pasou, rula?. Se nesesitas axuda, dímo e bótoche unha man.

    Ghalisán, eu tiven unha etapa yeyé (no sentido musical, hai que desilo). Ghrasias por lembrarme eses días tan felises da minha vida!

    Fasía ghuateques nun cortelho da minha tia. Alí íamos con minisaias e eu tinha unhas botas altas de charol brancas moi chamativas. Ó prinsipio os mosos non vinhan porque tinhannos medo, pero logho empesaron a vir e puxéronse ó día deseghido.
    Estábamos todo o día a bailar e a beber licor café. Tamén partisipaban os animais do cortelho, sempre pensei que eles tamén tinhan que divertirse. Ás ghalinhas ghustábanlle os Beatles, toleaban cando os escoitaban.Era unha mescolansa homes-animais da que saquei moitas ensinansas que logho encaminharonme á minha vida hippi.

    Apertas

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  11. Ya nos contarás, Femia.

    Buen trabajo Jano/Cota. Glub, una aproximación a la historia que se agradece aunque echo de menos tus artículos sobre "locuras" históricas, no me canso de releerlos pero desde el de Sanjurge tienes el tema abandonado.

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  12. El honor es un valor envías de extinción. Ya no es cuestión de defenderlo en un duelo, es que ya nadie considera que su honor deba ser defendido.

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  13. Pretiño da Rua Nova,
    na Rua da Balconada,
    mataron ó Arcevispo
    por celos dunha madama.

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  14. Zafire, amigo mío, qué grandes eran los Churruchaos, y cuánta razón tienen sus descendientes, los Deza, cuando los confunden con peones. Esos sí sabían lo que era el honor.

    Y qué bien sabe una caña cuando la paga un Churruchao.

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  15. Peón pode pasar, Avda Churruchao

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