A Tercera, oé

Después de un montón de años, casi 30, el Pontevedra CF se va a tercera división. Así es la vida. Hace poco menos de un año estábamos luchando por un ascenso a Segunda y ahora nos vamos al abismo.

No deja de ser un reflejo de lo que sucede en nuestra ciudad. Ocupados en embellecer la fachada, el edificio se nos derrumbaba por dentro. Peinábamos, lavábamos y planchábamos el exterior, ocultando las miserias, pretendiendo que apartándolas de nuestra vista las hacíamos desaparecer realmente. Como locos que padecen el Síndrome de Diógenes, fuimos acumulando la basura en casa y ahora nos sale por las ventanas.

Nuestro club, como Pontevedra, estaba más bonito que nunca. Veníamos de luchar entre los grandes de la división, teníamos estadio nuevo, un equipo millonario, una estructura mastodóntica. Pero no ganábamos un puñetero partido.

Como el club, Pontevedra está preciosa. Mientras la embellecemos, tenemos el mayor desempleo de Galicia, los comercios cierran, la cultura se reduce desde hace más de una década al tándem Castelao-Bóveda, los inversores escapan, el tráfico hace nuestra vida imposible. Lo único de lo que podemos presumir es de nuestra preciosa fachada. Pero nuestra ciudad también desciende, como nuestro Pontevedra. Paseamos por la ciudad más bella del mundo mientras nuestros hijos chillan pidiendo pan.

Así que, como nos sugiere la canción que utilizamos de banda sonora, no lloremos más. Sabemos que mamá debía morir.