miércoles, 17 de agosto de 2011

El regalo de Alexandre Bóveda



Alexandre Bóveda tuvo la opción de vivir. La noche antes de su arresto, que pasó en casa de su suegro, Gerardo Álvarez Limeses, amigos y familiares le pidieron que huyera. No lo hizo.

¿Quién me va a querer matar a mí?, preguntaba días antes a su mujer, cuando ella compartía sus temores. Alexandre Bóveda sabía de sobra quiénes y por qué iban a querer matarlo. Sin embargo, a pesar de su juventud, de su cómoda posición social, de su esposa y de sus hijos, Bóveda eligió la senda del héroe.

Su negativa a escapar, a esconderse, la entereza con la que se enfrentó al juicio esperpéntico, el orgullo con el que declaró que estaba dispuesto a morir y que entendía su muerte como un sacrificio a su patria, Galicia, todo ello es lo que convierte a Bóveda en el emblema de la Galicia mártir, aquella que luchó y murió en busca de una patria.

Hay en la muerte de Bóveda algo especial. Bóveda no muere acusando a sus verdugos, sino pidiendo el perdón para ellos. Bóveda, de una manera totalmente consciente, hace de su asesinato un símbolo de grandeza.

Hay en ello además una señal. La visión de un hombre que sabe que el tiempo pasa, pero no olvida; el mensaje a las generaciones venideras y la certeza de que tarde o temprano, cuando sea, otros recordarán ese genial destello de grandeza e inteligencia. Bóveda sabía, cuando se negó a escapar, cuando se ofreció a sí mismo como pieza de sacrificio, que una patria no se consigue en dos días, y que las ideas pueden cambiar o perderse, pero los símbolos y los gestos perduran y crecen.

Bóveda hizo a Galicia el mejor regalo que un país puede recibir.


12 comentarios:

  1. Grande, Cota, he leido también el articulo de Ramón Rozas, una maravilla, no todos los homenajes se hacen con himnos y banderas.

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  2. El discurso que dio antes de su muerte es propio de una película de Braveheart!

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  3. Lo siento, Sísar. Tu nombre aparece sin enlace a tu perfil porque lo suprimí por error. Así que copio y pego desde gmail.

    Cierto lo que dices. Ese discurso -sus últimas palabras ante el tribunal-, pone los pelos de punta, como las últimas cartas que escribió, en especial la que dedica a su esposa. La reproduce íntegra Ramón Rozas en su artículo, que es una gozada.

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  4. Dejo aquí en enlace al texto de Rozas.

    http://ramonrozas.blogspot.com/2011/08/semente-de-galicia.html

    Y de regalo, una joya de Jabois. Es de 2009. Hoy lo colgó en facebook Uxío Novoneyra Rei, que es el que más sabe de nacionalismo en Galicia.

    http://www.manueljabois.com/2009/09/alexandre-boveda-descansa-con-su-amor.html

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  5. Galiza non esquece nin a Bóveda nin aos seus asasinos, fermoso texto, Cota.

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  6. Que Dios y los nacionalistas me perdonen: hace muchos años ya que opino que no merece ninguna patria, ninguna tierra, ningún país, ni ninguna bandera el trueque de lo más, lo más, lo más grande regrande (no, no es la Jurado): la vida.
    ¿Qué es la patria? Sea lo que sea, no es más que mi vida. Lo leo (y lo creo) en los ojos de mis padres, por ejemplo.
    Y en los de mis hermanos cuando miran a sus hijos.
    Mi patria es mi vida. No entender eso, es no entender nada.
    Y lo pienso también de los que se entregan, pero muchísimo más de los verdugos, pues si absurdo es entregar la vida por una bandera, irracional, maléfico, y absolutamente imperdonable es arrebatar la de otro.
    Una cosa es morir por salvar literalmente la vida de otro; y otra muy diferente hacerlo por la patria. ¿Qué coño es la patria?
    Lo siento, es que no puedo con este tema.

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  7. Hermoso homenaje, Rodrigo. Abrazo.

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  8. Totalmente de acuerdo Gata. Las banderas son un opio que alinean al ser humano (haciendo un símil con esa famosa teoría de Marx). No obstante, en algunos hechos radica la grandeza del ser humano y en este caso fue no claudicar a sus ideales. Mi respeto y mayor admiración a Bóveda.

    P.D: Glub que ahora no puedo firmar ningun comentario con mi cuenta en tu blog!!!

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  9. Leo esto:
    "Mi patria natural es Galicia. La amo fervorosamente, jamás la traicionaría, aunque me concediesen siglos de vida. La adoro más allá de mi propia muerte. Si entiende el tribunal que por este amor entrañable debe serme aplicada la pena de muerte, la recibiré como un sacrificio más por ella. Hice cuanto pude por Galicia y haría más si pudiera. Si no puedo hasta me gustaría morir por mi patria. Bajo su bandera deseo ser enterrado, si el tribunal juzga que debo serlo."

    Xosé Sesto, tras la muerte de Bóveda, se apresuró a colocar la bandera gallega bajo su chaqueta.

    Pariendo con orgullo a un gallego,decido llamarle Alexandre. Cuando me pregunta el porqué del nombre, le digo que en ese momento tuve un ataque de nacionalismo

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  10. De acuerdo Sísar en la idea que transmites.
    En este caso la supervivencia de la viuda (en tierra hostil, además) con toda la caterva de hijos no fue menos grandeza humana que la de su difunto.
    Qué le vamos a hacer, soy fan de esa cochina y sucia costumbre de hacer lo posible por salvar el pellejo. Ese pellejo que debemos al esfuerzo, entrega, sufrimiento y Amor en mayúscula de nuestros padres, y que debemos procurar conservar hasta que no le quepa ni una arruguita más al lado de nuestros hijos. Una cursilada, vamos.

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  11. las palabras son vibraciones, y las vibraciones tienen lugar en varias dimensiones. Hoy demostraste que la muerte de Bóveda no fue el final de su vida lineal en tres dimensiones. Hoy las palabras del pasado han viajado al futuro. Eu estudiei no I.E.S Alexandre Bóveda.

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