martes, 18 de junio de 2013

Fai un sol de carallo



Por Manuel Pérez Lourido



Como si fuese esto un ascensor o la sala de espera del médico, hablaremos del tiempo. Concretamente del tiempo atmosférico, ese tema de conversación que nos viene ocupando desde el pleistoceno. Claro que entonces todo era quejarse del frío, con tanta glaciación. Ahora ya no sabe uno ni de que quejarse, por eso nos quejamos pase lo que pase: nunca llueve a gusto de todos. Claro que los gallegos nos hemos especializado en quejas según el tipo de lluvia: que si caen chuzos de punta, que si este calabobos te acaba empapando, que si está lluvia no es nada, lo malo es el viento... lo cierto es que si alguna duda quedaba de que en Galicia llueve de carallo, o sea, llueve con rotundidad de “elles” cayendo sin misericordia sobre las vocales, hemos tenido este invierno, de octubre a mayo, que es lo que ha durado, más de mil litros por metro cuadrado en algunas zonas. En diciembre llovió 17 días de los 31, en enero 19 y en febrero 13 de 28. Después vino Marzo que batió records mundiales. En Abril y Mayo siguió lloviendo, claro. Ahora en Junio, he visto despistados en el super preguntando por los árboles de navidad.
Dice alguna gente de barba y gafas, de ambos sexos, que pasan por expertos, que esto se debe a que la circulación atmosférica se produce de oeste a este por lo que la mayor parte de las borrascas generadas en el Atlántico entran en la Península precisamente por aquí. Cago en Soria. El Cason, el Urquila, el Mar Egeo, el Prestige y las borrascas del Atlántico: todas las desgracias vienen a dar aquí. Y luego se las mandamos para abajo (Francisco Franco Bahamonde, Manuel Fraga Iribarne, Mariano Rajoy Brey...). Somos la pera los gallegos.
Pero está clarísmo que todo obedece al cambio climático: fíjense en el bigote de Aznar. Eso no es normal, eso tiene que ser producto de fuerzas fuera del alcance de la ciencia humana, al arbitrio de los caprichos de la naturaleza. Por cierto, Aznar empezó negando el cambio climático desde la FAES, (volviéndonos a algunos fervorosos defensores del mismo ipso-facto) para aceptarlo en cuanto lo nombraron presidente de asesores de Global Adaptation Institute. De hecho, que nombren a Aznar asesor de algo es otra prueba de la existencia del cambio climático.
A escasos días de la entrada del verano andamos con el chubasquero a cuestas, mustios pero mojados, soñando con patitos de goma y caravanas hacia la playa. Nuestros amigos franceses, siempre tan majos ellos, nos aventuran un verano sin sol y uno piensa, sonriente, “mecago en la madre que los parió”.


1 comentario:

  1. La culpa la tienen los rusos con sus experimentos. Lo sé

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