lunes, 22 de julio de 2013

Cien poemas, cien canciones



Es sabido que el Yosi de los últimos tiempos está en forma. Fans y críticos dicen que Los Suaves hacen ahora el mejor directo de su carrera. Él lo explica más o menos así: “Decidí renacer hace unos años. Me estaba poniendo a prueba y estaba poniendo a prueba la paciencia del público. El público lo soportaba y eso lo agradezco de corazón. Siempre estuvo conmigo y no abandonó jamás. El que no lo soportaba era yo”.
Yosi ha conseguido crearse un universo propio, aislado en medio de un bosque animado a las afueras de Ourense. Allí vive y trabaja recluido como un cisterciense, rodeado de guitarras, miles de libros, carpetas llenas de proyectos en marcha y un montón de armónicas: “Al principio tiraba las armónicas al público. Me lo prohibieron porque eran armónicas buenas. Me decían que cada vez que regalaba una perdíamos trescientos euros o más. No me van las prohibiciones, o sea que ahora cuando quiero tirar un instrumento al público, tiro una guitarra eléctrica y ya está”.
Uno quería encontrar a Yosi en plan Noé, construyendo un arca en su finca, pero lo que ha hecho allí últimamente es restaurar un hórreo. Las piedras estaban tiradas y desperdigadas como piezas de un puzle desarmado, así que las fue recogiendo y devolviéndolas a su sitio. Faltaban muchas y consiguió rehacer apenas la mitad del esqueleto. Le quedó como un hórreo que llevara dos siglos a medio hacer. “Lo voy a dejar, me gusta así. Las piedras que no están aquí, se fueron. Éste ya no es su lugar”. (...) sigue leyendo. Cien poemas, cien canciones. Diario de Pontevedra







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