Por Manuel Pérez Lourido
He
oído en los medios de comunicación acerca de un señor llamado
Mieusté. Supongo que es apellido: será Fermín Mireusté o
Pancracio Mireusté. También puede que sea mujer y se llame Raimunda
Mireusté o Felisa Miusté, por ejemplo. En todo caso, es alguien a
quien algunos políticos se están siempre dirigiendo en sus
alocuciones. Alguien que es subnormal profundo, a juzgar por la
displicencia, cuando no desprecio, conque trata el político de turno
el señor o la señora Mireusté. No es que los políticos nos traten
a los demás mucho mejor, al contrario, pero por lo menos no se nos
ríen en la cara. Nos ningunean mediante decreto ley, impuestos
indirectos, ayudas a los bancos que nos han estafado vilmente, etc,
etc.
Quiero desde aquí solidarizarme con el señor o la señora Mireusté
que de forma tan ruin está siendo tratado por la clase política, un
día sí y otro también; pero, sobre todo, en vísperas de
elecciones. Es entonces cuando al político de turno se le pone voz
engolada de tontolaba y, antes de soltar una perorata que se ha
preparado en maratonianas sesiones con sus asesores, le lanza una
mirada de conmiseración, perdonándole la vida pero no los impuestos
y con ese tonillo de tontolaba (porque a los políticos que hacen
esto lo más suave que hay que decirles es tontolaba, ya nos iremos
calentando) le dice Mireusté y luego toda una sarta de babosadas (a
los políticos estos lo mínimo que hay que pedirles es que dejen de
decir babosadas).
Nunca se me ha dado por fijarme en quienes son los señores Mireusté
a quienes se dirige el político que les llama Mireusté. Supongo que
son adversarios políticos, periodistas políticos, entrevistadores
políticos, policías políticos (bueno, de esto no estoy muy seguro)
o votantes anónimos. En este último caso, lo suyo era dejar que
siguiesen siendo anónimos y no llamarlos Mireusté. Aunque igual el
político tontolaba y baboso que le llama Mireusté lo hace porque no
sabe como se llama su interlocutor y se está inventando esa forma de
llamarlo. En cuyo caso, además de tontolaba y baboso voy a llamarlo
yo gilipollas aquí mismo.
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