Los de AGE no se enteran

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Alfonso Rueda se presenta como recién salido de un catálogo de moda. Viste traje azul, camisa clara a rayas y una corbata verde innecesariamente arriesgada, quizás porque sabe que todo le sienta bien a esa percha que tiene. Por mi parte, he apostado por una elegancia tosca, desenfadada, salvajemente sexy. 

Quedamos para desayunar en el Carabela. Yo llego con cinco minutos de anticipación. Sé que ésta puede ser la contraportada que me catapulte al estrellato, así que dedico ese tiempo a prepararme la primera pregunta, la pregunta de mi vida. Una pregunta comprometida para empezar el encuentro poniendo al Vicepresidente contra las cuerdas. Mientras nos damos la mano, la suelto como una bomba: “Hola, ¿qué tal?”. 

“Complicado, complicado” y empieza a hablar del tax lease. “Si Almunia se mantiene, será una desgracia para el sector naval, va a sufrir mucho. El naval gallego ha hecho unos esfuerzos terribles en los últimos años y ahora que empieza a levantar cabeza nos salen con esto”. Asiento con gesto serio, fingiendo que sé de qué me habla. Me prometo averiguar algún día qué pasa con Almunia y qué es eso del tax lease. Salgo del apuro cambiando de tema. “Está siendo ésta una legislatura bronca en Compostela”. (...) Sigue leyendo en Diario de Pontevedra. Los de AGE no se enteran.

Las opciones de Moreira (y II)

Pronostiqué la semana pasada la voladura interna del PP de Pontevedra, voladura que se quedó en estallido, lo que de paso nos demuestra que no soy precisamente un analista portentoso, algo que yo sé desde que tengo uso de razón y mis lectores desde que lo son.

Pues el caso es que de los seis concejales llamados "díscolos", solamente dos, Guillán y Laya, entregaron su acta, volviendo al redil de los leales los otros cuatro, incluida Celia Soto, que cambió de idea a lo largo de la mañana cuando su dimisión ya había sido anunciada a los medios.

Se lo dije el día de Nochebuena a Jacobo Moreira cuando hablamos para desearnos felices fiestas: "podrás cenar el turrón sin atragantarte". Pontevedra Viva. (...) Las opciones de Moreira (y II)

Carroñeiros

Lores es como esos programas de Telecinco, que nadie reconoce seguirlos pero luego son los que más audiencia tienen. Creo que eso es porque Lores, como en los programas de Telecinco, siempre se enfada y grita. Yo lo escuché gritar en algún que otro mitin y me asusté. Tiene un volumen el hombre que no entiendo para qué gastan dinero en megafonía cuando él va a hablar. «Desconta na factura a parte na que grita Lores». 

También tiene la costumbre de llamar «carroñero» a sus interlocutores. «Carroñero de pelo blanco», «carroñero abrazafarolas», y así. Lo imagino cuando ejercía de médico, diagnosticando a gritos las dolencias de sus pacientes: «Señora, ten vostede unha infección, carroñeira con moño!» (...) Carroñeros. Diario de Pontevedra.