lunes, 25 de octubre de 2010
Las pegatinas del Domund
Tenemos un problema. Por estas fechas, legiones de niñas y niños nos asaltan con las huchas del Domund. Se trata de una campaña anual en la que se recauda dinero con fines caritativos, o así. A cambio de la dádiva te entregan una pegatina. Esa pegatina, que sirve como comprobante de generosidad, suele llevarse en el pecho, a la altura del corazón. En una ciudad como la mía, en la que todos o casi todos nos conocemos, no llevar la pegatina te convierte en un desalmado. Los malos y los cotillas (todo el mundo) se fijan en esas cosas. La gente mira y comenta: "ahí va fulano, que no ha dado al Domund". La pegatina sirve además como una especie de salvoconducto. Si la llevas, no sólo quedas bien y atajas la maledicencia, sino que además la señalas a los niños de las huchas como prueba de que tú ya has cumplido, para que no te vuelvan a pedir. Y vamos llegando al problema.
Con el advenimiento de la crisis, nadie tiene dinero para llenar la nevera, mucho menos para el Domund. Hay más gente pidiendo pegatinas a los niños que niños pidiendo dinero a la gente. "Niño, ¿me puedes dar una pegatina para conservar mi prestigio?"
Hay muchas familias que tienen una pegatina. En previsión de lo que habría de venir, tuvieron la precaución de guardarla del año pasado. Cada vez que uno sale, se la pone en el corazón, y cuando vuelve la deja en la entrada para que la pueda utilizar el siguiente. Salen de uno en uno, claro. Como el pegamento ya no cumple su función la sujetan con un chicle que también se lo turnan desde el año pasado. Y eso no es nada. He visto a señoras de buena familia que primero piden al niño la pegatina y una vez que la tienen en su poder echan una moneda imaginaria en la hucha y huyen a todo correr. Así estan las cosas. Un vecino mío alquila pegatinas a cinco céntimos la hora, que siempre sale más barato que dar una cantidad decente al niño de la hucha.
Mientras escribo estas líneas, me entero de que un caballero muy respetado y conocido en la ciudad fue sorprendido robando una pegatina a punta de navaja. "Más vale pegatina sin honra que honra sin pegatina", le dijo al juez. Y los niños de las huchas, ahora desnutridos, ya no piden sin más. Recurren a trucos de yonqui, en plan "es mejor de pedir que de robar", o directamente "una moneda o te mato" y te enseñan la hucha con el precinto reventado.
Corre el rumor de que Amancio Ortega lleva este año dos pegatinas como muestra de su poderío económico, a modo de galones. Fuentes de toda solvencia si embargo apuntan que las ha conseguido a cambio de cortar el césped al propietario de la imprenta que suministra las pegatinas.
Los Enemigos, "Todo a Cien".
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Se rumoreó estos días que el hijo de mi vecina del 4º se hizo con el control de la zona porque tiene tres hojas de pegatinas.
ResponderEliminarOla de novo. estiven repasando os teus últimos post. Moi bo o de Sanjurge, xa era tempo de retomar temas históricos. E o de Riveira tamén. Deste do Domund, igual, ainda que teño que decir que eu nunca din para eses fins misioneiros. Unha aperta.
ResponderEliminarVóume disfrazar de rapaz e fareime de ouro. A pegatina xa a teño, só unha pero ó millor fago fotocopias en color e as pego con chicle, gracias pola idea.
ResponderEliminarJajaja, buen post. Yo, como Galizán, nunca doy un duro al Domund, la caridad empieza por una misma XD
ResponderEliminarMucho dinero tengo yo recaudado para el Domund, y qué bien me vendría ahora si me lo devolvieran todo junto.
ResponderEliminarCada ves o fas millor. Felisitasións.
ResponderEliminarCando eu era nena, tamén pedían para as misións e para iso dabánnos ós rapases unhas huchas que eran a cabesa dun neghro. Eu nunca fun porque non me ghusta pedir para outros que sempre están pedindo.
Isto das misións faime acordar cando eu lle dixen os meus pais que iba de misións no verán. Coma eles sabían que eu iba a facer o que quixera,non puxeron impedimentos. (O que non lles dixen eu era que iba a Fransia cun rapás fransés que coñesera unhas semanas antes e non sabía cando iba a voltar).
Fun falar co meu noivo (era o primeiro que tiven)e díxenlle que o tiña que deixar porque non estaba preparada para isa relasión, que el non tiña a culpa de nada e todas esas cousas que se lle din ós homes cando queres terminhar con él e quedar ben. Cando non importa quedar ben ou non, simplemente os deixas e xa está, a outra cousa.
Ó cheghar a París paseino moi ben, conhesín moita xente. Deixei ó rapas co que fun alí e coma tinha que vivir de algho, púxenme a tocar a pandereta (fun pandereteira moitos anos) no metro e sacaba ben de cartos para as minhas cousas.
Foron uns dous anos moi divertidos, había revoltas estudiantís e comensaba o que despois alghén lle deu por chamar revolusión sexual. Eu quedaba cos meus amighos nas manifestacións, que sempre remataban correndo polas rúas diante da polisía. Por serto que eu salín nunha foto no Paris Match cun adoquín na man , disposta a tiralo a un furghon polisial. Ghustaríame ter isa foto para poñela nun marco no meu salón.
Cando voltei á casa dos meus pais, fixen a minha primeira reivindicasión: Collín os meus suxeitadores e os da minha nai e prendinlles fogho na leira das patacas. A minha nai veulle ben, porque tínhaos todos moi vellos.
Non sei se me liei moito ou non, que logho Santano non me entende.
Apertas.
Fantástico post !!!!!!!!!!!!!!! Como de costumbre la sana ironía que te gastas (sea cual sea el tema elegido por tí) nos hace sonreír y nos alegra estas lánguidas y cálidas mañanas de Otoño.
ResponderEliminarYo también necesito una pegatina-salvoconducto.
Muy buena entrada. Yo aún no tengo pegatina, soy una desalmada!! Necesito una urgentemente para demostrar lo buena que soy.
ResponderEliminarMenudo lio, como era el día del Domund salí de copas y estuve en ese pub hasta las 5.30
ResponderEliminarLlegué a casa con una pegatinaaaaa!!!
Coincido con todos, y te felicito por laa elección de la música. Vamos del Piporro a Los Enemigos pasando por Raimon. eso es eclecticismo.
ResponderEliminarDenosiña, Lara, Alegría, Pablo G., Mareante, Obradoiro, se valora la fidelidad.
ResponderEliminarGalizán, unha alegría verte de novo.
Femia Castradora, imos a ficar todos namorados de ti e das túas andanzas.
Glub, muy bien planteado. Yo usaba una técnica parecida hace años en Pontevedra.
ResponderEliminarTenía en el coche varias multas por aparcar en lugar prohibido, cuando lo volvía a haver, antes de salir del coche tomaba una de las multas viejas.
La ponía rápido en el limpiaparabrisas con la sana intención de que al ver los guardias que ya estaba ´´multado´´, no me pusieran otra.
Dejé de hacerlo una vez que en Michelena via a un guardia en la acera mirándome extrañado e hizo un gesto con la cabeza moviendola de izquierda a derecha (o viceversa, no recuerdo con exactitud) que yo interpreté de desaprobación.
Máis ou menos se basa na mesma teoría.
Femia Castradora, eres la mejor comentarista que se pasea por cualquier blog, mejorando lo presente. Buen post Glub
ResponderEliminarSantano, tienes toda la razón. Ahora ya no ponen multas. La grúa te lleva el coche y así ahorran en papel. Pásate por aquí cuando puedas y verás cómo tu sistema está agotado.
ResponderEliminarAnónimo, tú también tienes toda la razón. Femia Castradora es nuestra maestra de la vida. Ya no sé qué haría sin ella.
Moitas ghrasias, meu rei. E Ghrasias tamén a Glub por aghuantarme no seu blog.
ResponderEliminarEiquí eu son moi felis, estando con xente nova.
Acórdame moito á comuna na que vivín en Alemania, á que cheghei nun simca 1200 dende o meu pobo. Alí sí que o pasábamos ben: xente indo e vindo tódolos días, cansións, festa rachada, e no verán fasíamosnos nudistas (no inverno non, éramos naturistas pero non parvos) e hala, todos en sirolas todo o día. Alghunha ves vou a unha praia nudista que hai serca de Cabo Home e alí recordo vellos tempos.
Seghimos véndonos no blog de Glub. Apertas.