martes, 27 de agosto de 2013

HEMORROIDES Y BLOGS




Por Manuel Pérez Lourido


Un bloguero es alguien que tiene un blog. No sé cómo se dice a alguien que tiene hemorroides (vulgo almorranas) pero si sé que a quien tiene un blog se le dice bloguero. Me gusta más la palabra almorrana porque parece menos científica y tiene un aire a batracio que la hace simpática. La palabra bloguero tiene reminiscencias marítimas: los blogueros del Volga y cosas por el estilo. El estilo es algo muy importante para escribir en un blog, y para escribir en general y que nadie sabe en qué consiste. Consiste y punto. O tienes estilo o no lo tienes. Como con las almorranas.
Nadie en su sano juicio debería haber llegado hasta este párrafo, y sin embargo es evidente que usted lo ha hecho. ¿Por qué?. Déjeme decirle una cosa. O dos. Ha sido el estilo quien lo ha traído hasta aquí, y bien pudieran ser las almorranas quienes lo lleven de vuelta. Cosas más extraña se han visto. Pero cuando uno llega a un punto, normalmente se siente tentado a seguir hacia adelante, impulsado por la curiosidad de averiguar qué hay más allá. Craso error. La curiosidad mató al gato, dicen los ingleses, y dicen bien. Como habrá adivinado, avispado lector, lo que quieren decir es que ser curioso puede traer problemas. Esto lo descubrió un intelectual inglés de un siglo muy antiguo después de ponerse de pintas hasta la rabadilla, que es un misterioso lugar de la anatomía humana, tanto inglesa como internacional.
Lo cierto que nos puede la curiosidad, igual que nos pueden tantas cosas que pa qué, y seguimos leyendo y leyendo, arrastrados por el morboso interés de descubrir hasta donde puede llegar el atroz desequilibrio mental del autor, que por mucho estilo que tenga, ha evidenciado ante nuestro ojos la degradada condición de sus meninges. Las meninges, como la rabadilla y las almorranas, forman parte del conjunto de sustantivos relacionados con el campo semántico del cuerpo humano y sus vicisitudes, algunas de las cuales se mencionan en el presente texto. Es más, nos atrevemos a afirmar e incluso afirmamos que el presente texto encierra alusiones al cuerpo humano y sus vicisitudes en una proporción que se nos antoja exagerada para sus dimensiones y pretensiones.
Pero es lo que tienen los blogs: que cualquier desequilibrado puede aparecer en ellos y llenarlo de alusiones al cuerpo humano y sus vicisitudes impunemente.


2 comentarios:

  1. ¿un intelectual inglés de un siglo muy antiguo después de ponerse de pintas hasta la rabadilla?¿quien quien?

    ResponderEliminar
  2. La gente de los blogs, que inventa mucho.

    ResponderEliminar